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La Desigualdad que Llegó para Quedarse - Deusto Knowledge Hub Explorer

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cd1de3e8-33af-39f5-b2b2-426deb1e3871
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La Desigualdad que Llegó para Quedarse - Deusto Knowledge Hub Explorer
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La desigualdad que llegó para quedarseLa crisis ha golpeado con mayor dureza a las clases desfavorecidas, que tardarán en salir del agujero a pesar de la incipiente recuperación económica:: JULIO ARRIETASAN SEBASTIÁN. La crisis económica ha empezado a remitir, pero no así sus efectos. Un repaso a los titulares y datos sobre la cuestión dados a conocer en los últimos meses no invita al optimismo. Todo lo contrario; genera un profundo desasosiego. En enero, un estudio de Intermón Oxfam afirmaba que España es el segundo país de la UE con un mayor índice de desigualdad. En junio, dos informes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) señalaban que es también el segundo país de los agrupados en este organismo donde más cayó la remuneración salarial en el primer trimestre de este año (0,6%), superado solo por Grecia. Uno de los análisis recogía el dato de que en el país hay 768.000 familias en las que ninguno de sus miembros tiene ingresos. La tasa de paro ronda el 25% a nivel estatal.En Euskadi los datos también reflejan una realidad preocupante,«La crisis ha agrandado las diferencias. Entre personas, autonomías y países», dice María Silvestre«Nos plantaríamos en 2030 para llegara una tasa de paro similar a la anteriora la crisis»sobre todo si se comparan con los anteriores al estallido de la crisis. Por mencionar algunos, el pasado junio había inscritos en Lanbide 167.764 desempleados en la Comunidad Autónoma Vasca, cuando en diciembre de 2007 eran 74.582. La tasa de paro juvenil (menores de 25 años) ha pasado del 18,10% de abril de 2007 al 49,95% de enero de 2014. Asímismo, la tasa de paro ha subido del 5,90% al 17,36%; el número de ocupados se ha reducido de 1.009.900 a 851.600...Y mientras tanto, la precariedad de los que tiene un empleo crece; los contratos indefinidos disminuyen, los de tiempo parcial han pasado de representar el 13,5% al 16,3%. Y aunque los temporales han bajado al 21%, este es también un dato negativo si se tiene en cuenta que precisamente refleja que la mayor parte del empleo destruido es de estas características. Por último, otro dato ayuda a comprender el deterioro económico de las familias: el número de perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) ha pasado de 27.000 personas en 2006 a 65.459 en este año, con dato de junio.Cáritas destaca la función de la RGI como «elemento primordial de contención del impacto de la crisis en la generación de la pobreza y especialmente para frenar procesos de desigualdad», según indicaba una representación vasca de esta ONG en el análisis de su memoria correspondiente a 2013.Si se tienen en cuenta los datos de la Encuesta de Pobreza y Desigualdades Sociales 2012, «aumenta el porcentaje de población de la CAV en situación de privación (pobreza más grave), aumenta el de población en situación de pobreza de mantenimiento, y aumenta el de población en situación de ausencia de bienestar (preámbulo delas situaciones de pobreza)», según explica Ana Sofi Telletxea, responsable del departamento de análisis y desarrollo de Cáritas Bizkaia.Pobreza ocultaAdemás, esta organización ha detectado el problema de la pobreza oculta, las situaciones de pérdida de empleo, o las de reducción de ingresos, etc., que se están afrontando desde la solidaridad familiar pero que no sale de ahí». Es decir, no se acude a los sistemas de protección, no se solicita ayuda, se mantiene escondida. A su juicio «los pobres son más pobres y hay, además, más pobreza». «No es extraño pensar en que parte de la población de la CAV considere que ha bajado en la escala social», añade.Por su parte, el segundo Deusto Barómetro también refleja esta percepción. En su informe de resultados correspondiente a verano de 2014, este estudio recoge que el 52% de los vascos cree que la crisis ha causado una pérdida en su estatus social. Un tercio cree que ha pasado a formar parte de la clase baja. «Por primera vez, la percepción de que las próximas generaciones van a vivir peor que las actuales está muy generalizada. Se ha roto la idea del progreso lineal», señala María Silvestre, socióloga de la Universidad de Deusto e investigadora principal de este estudio, para quien esta percepción se basa en informaciones objetivas. «Así es. Son datos de informes tan serios como el de la OCDE o el del BBVA, o de los diferentes estudios que realiza Cáritas. Datos que recogen indicadores objetivos, estadísticos, de empleabilidad, vulnerabilidad», que reflejan un aumento de las desigualdades «a todos los niveles», precisa.«La crisis ha hecho aumentar las diferencias; entre personas, entre74.582Contratos temporales200728,9%2014 21%Contratos a tiempo parcial201416,3%200713,5%comunidades autónomas y entre países». También hay una clara «feminización de vulnerabilidades y desigualdades y una brecha intergeneracional», apunta esta experta. «Si se coge, por ejemplo, a los perceptores de la Renta de Garantía de Ingresos en Euskadi, se ve que el perfil es el de una mujer autóctona, en la mayor parte de los casos a cargo de una familia monoparental», precisa.La crisis ha golpeado sobre todo a las clases más desfavorecidas. Y la causa no solo es la recesión económica en sí misma: «Gran parte de la desigualdad es consecuenciadirecta del tipo de respuesta que los gobiernos le están dando a la crisis». Silvestre se refiere a las políticas «de austeridad, de flexibilización del mercado de trabajo, que llevan a una mayor precarización de los contratos y a una mayor vulnerabilidad de los ingresos».En la economía real, la que se vive a pie de calle, «esa mejoría no se está percibiendo», apunta la socióloga. «¿Qué empleo estamos creando ¿Eso significa que estamos saliendo de la crisis No son empleos con contratos indefinidos, están muy vinculados con la coyuntura económica, con la estacio-Tasa de paro juvenil en 201449,95%Los principales problemas de los vascos (%)2014Paro 167. 64El paro64%Situación económica39%Mercado de trabajo29%Recortes en servicios públicos Los políticos23% 22% 17% 15% 13%Vivienda y desahuciosCorrupción y fraudeInmigración£Ni lo he hecho Impacto de la crisis en la economía doméstica (%) ni lo hepensado Lo he hecho Lo he pensadoReducir gastos de ocio y tiempo libre 170,5 IMReducir gastos en alimentación35,5 |No comprar alguna medicina o dejar un tratamiento10,6 74,0Número de ocupados2014851.60020071.009.9009,4Trasladarme a una vivienda más barata6,014,1 71,2 8,4 71,1Pedir ayuda económica a amigos, vecinos o familiares12,5Tasa de paro de ambos sexos20075,9%Cuando la crisis también lo es de confianzaNº de perceptores de la Renta de Garantía de à Ingresos (RGI) g65.459 personas200727.000 personas17,36%Fuentes: INE, EUSAT, DEUSTO BARÓMETRO SOCIAL II GRÁFICO EMMA BARRIOnalidad del momento». La recuperación económica se está produciendo, pero desde luego no va a suponer el arreglo de los desajustes y desigualdades que creó la crisis.Para empezar, «el crecimiento no tiene unas bases suficientemente sólidas. ¿Hemos salido de la crisis Yo no lo tengo tan claro», apunta Joseba Madariaga, director del servicio de estudios de Laboral Kutxa. «Vamos a crecer, el año que viene las expectativas son de crecimiento, pero lógicamente es muy relevante que ese crecimiento sea sólido». Y luego hay otro factor importante, continúa; «la mala asignación de recursos que se hizo hasta 2007». Muchísima gente dejó de formarse para trabajar en el sector de la construcción y sus satélites, atraída por los buenos sueldos, en ocasiones asombrosamente altos.Parados sin formación«La crisis ha convertido a toda esa gente en parados sin formación, que no tienen una ubicación en el mercado laboral» y que resultará difícil rescatar para el mercado laboral. Los expertos apuntan que muchos obreros no cualificados no encontrarán otro trabajo ni siquiera por un sueldo menor. A nivel estatal, «tenemos una tasa de paro del 25%.; va a disminuir, pero si nos fijamos en el pasado veremos que del 25% que había hacia 1992/93, llegar al 7% costó la friolera de 14 años», añade Madariaga. Si se aplica ese plazo a la situación actual, y partiendo de la idea de que la mejora de la economía es real, «nos plantaríamos en 2030 para llegar a una tasa de paro similar a la anterior a la crisis». Eso significa que la generación que ahora tiene entre 23 y 24 años «no conocerá un mercado laboral normalizado hasta su madurez».¿Es reversible el impacto de la crisis en las clases más desfavorecidas «A corto o medio plazo no podemos imaginar una situación como la que teníamos en 2005; para la gente con poca cualificación es casi imposible», apunta Juan Carlos Rodríguez, profesor de Sociología en la Universidad Complutense y coautor con Víctor-Pérez Díaz del estudio Entre desequilibrios y reformas. «No es previsible un boom en la construcción, que es lo que produjo que mucha gente con poca cualificación o sin ninguna encontrase trabajo, y además bien remunerado», explica.A su juicio, el problema es que mucha gente «con poca cualificación tiene ya una cierta edad y le está costando mucho, o le va a costar adquirir esas cualificaciones».Se trata de un grupo que puede correr el riesgo de quedar fuera de juego. «Esto también dependerá de las medidas que vayamos adoptando», apunta el experto. «Si tenemos un mercado de trabajo muy flexible, con un salario mínimo no muy alto, esa gente podrá trabajar con salarios bajos», afirma.Otra opción, «que ahora mismo nadie se plantea», sería la de subvencionar el trabajo para esa gente, «con cuotas de Seguridad Social muy bajas, o impuestos negativos, por ejemplo», sugiere. Es decir, se trata de escoger entre un modelo similar al de EE UU o uno proteccionista. «Son decisiones que debemos tomar y que todavía no hemos hecho. Porque hemos efectuado una liberalización del mercado de trabajo a medias», dice. Pero las creencias de los españoles acerca de este mercado de trabajo «no son nada proclives a la liberalización». Lo que tiene su lógica, porque para que lo fuesen «hace falta confianza; te tienes que fiar de que los empresarios no van a usar solo para su propio beneficio que el despido sea más barato», explica.Rodríguez cree que en nuestra sociedad faltan «un conjunto de disposiciones, de valores, de virtudes, que son buenas para tener una vida productiva más civilizada; una vida política más civilizada, y una vida económica y social más civilizada». En su opinión, faltan niveles de confianza en los demás más altos. Falta «una cultura del trabajo bien hecho más extendida; una predisposición más elevada a asumir riesgos. Nos falta apertura de horizontes. El cambio cultural que todo eso implica no va a ser fácil de hacer».
Author
Julio Arrieta
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2014-07-13T00:00:00
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