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El Difícil Ajuste del Déficit Fiscal - Deusto Knowledge Hub Explorer

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a53b0c62-c69f-3a5d-ad38-420031d70461
Title
El Difícil Ajuste del Déficit Fiscal - Deusto Knowledge Hub Explorer
Notes
-,Una de las piezas angulares de la construcción europea la constituye el Pacto de Estabilidad y Crecimiento modificado por el posterior Pacto Fiscal Europeo que obliga a los países firmantes a observar una convenida disciplina fiscal. Esta disciplina requiere de los Estados miembros que implementen una política fiscal congruente con el mantenimiento del país dentro del doble límite del déficit presupuestario (3% del PIB) y de la deuda soberana emitida (60% del PIB). La razón básica de la disciplina pactada reside en el alto potencial de contagio y de efectos secundarios de las políticas fiscales en un área monetaria común.Como consecuencia de la crisis, España registró en 2009 un déficit fiscal del 11,12% del PIB, dramáticamente excepcional por las circunstancias que lo originaron y que en mayor o menor medida han afectado en sus propias carnes a todos los integrantes de la sociedad española. Las razones de este tsunami financiero hay que buscarlas en los dos pilares que conforman los presupuestos generalesMANFRED NOLTEMEL DIFÍCIL AJUSTE DEL DÉFICIT FISCALEuropa cuenta conel7%delapoblación mundial pero sufraga el 50% del gasto social planetariodel Estado: los ingresos y los gastos públicos.Con la crisis y el incremento espectacular del paro y el colapso de la actividad económica, los ingresos fiscales se desplomaron desde el 42% del PIB a poco más del 35% entre 2008 y 2009. No vale, en consecuencia, censurar sin más matices la menor presión fiscal que acompaña hoy a la coyuntura española. Por el contrario, la necesaria activación de los esquemas de protección social catapultaron el gasto público más allá de los niveles registrados en tiempos previos a la crisis.Inmersos en una dinámica de paro y desolación, los gastos totales se dispararon hasta el 48% del PIB en 2011 para situarse a finales de 2013 en el 45,3% del PIB que contrastan con las cifras de 2008 cercanas al 38%. Los ingresos se asemejan a las del año 1996 (38,6% del PIB), y se comparan pésimamente con la recaudación alcanzada en 2007 (41,5% del PIB).La nueva senda de consolidación fiscal pactada con Bruselas deberá reducir el déficit público del 6,6% del PIB registrado en 2013 al 5,5% en 2014, alcanzandoel 4,2% en 2015, el 2,8% en 2016 y el 1,1% del PIB en 2017.El marco descrito sienta las bases para, al menos, tres comentarios inmediatos.En primer lugar, las cifras presentadas permiten atribuir siquiera indicativamente el esfuerzo del ajuste entre recortes del gasto e incremento de los ingresos. De forma aproximada, entre 2009 y la fecha actual cabe vaticinar que los casi cuatro puntos de crecimiento de los ingresos fiscales se han complementado con otros dos de disminución del gasto, hasta totalizar los seis puntos de reducción total del déficit. El Gobierno prevé que en 2017 los ingresos se sitúen en el 39% del PIB y el gasto público descienda al 40,1%.La segunda consideración nos lleva directamente a las negras previsiones de la Comisión Europea sobre la evolución de la deuda pública española. Los técnicos del Organismo estiman que el monto de deuda soberana rebasará el 103% del PIB a finales de 2015. Salvo un impensable tirón de la demanda que propulse la producción española a tasas del 3 o el 4% anual, el déficit en curso, el crecimiento de la deuda y la negativapercepción de los mercados podrían conducir a dramáticos episodios parecidos a los de junio de 2012. Y dicho sea de paso, el historial de impagos exteriores (default) de España no es pequeño: hasta 14 veces desde 1557. Nos queda el consuelo de algunos visionarios recientemente catapultados al estrellato político, que contraponen a este peligro latente el repudio de la deuda soberana, sin más. Plumazo y tente tieso.Una última reflexión surge del hecho de que Europa -y de momento España se incluye en ellacuenta con el 7% de la población mundial pero sufraga el 50% del gasto social planetario. Y la raíz de la actual parálisis europea, incluida la de España, reside en el hecho de que los modernos estados del bienestar están construidos sobre el supuesto de que los gobiernos disponen de una capacidad ilimitada de endeudamiento para financiarlo. En algunos casos esta soberbia falacia puede sostenerse algún tiempo a través de las devaluaciones monetarias. Pero en la eurozona esto no es posible. Se sustituyen por las devaluaciones internas, heroicas, cruentas y a largo plazo inviables.
Author
Manfred Nolte
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Date Released
2014-10-11T00:00:00
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