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Area Contagiosa, Máxima Seguridad - Deusto Knowledge Hub Explorer

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049d8827-1f2e-3b6a-9618-1286bf022c3a
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Area Contagiosa, Máxima Seguridad - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Area contagiosa, máxima seguridadEL Diario Vasco entra en el laboratorio de contención de riesgo biológico 3 de la UPV, donde se puede trabajar con los temibles patógenos de la rabia o la pesteiLa bioquímica Maite Álvarez prepara unos cultivos en una cabina de bioseguridad del Laboratorio de Nivel de Contención Biológica 3. r.Gutiérrez:: LUIS ALFONSO GÁMEZ BILBAO. «Lo más molesto es la mascarilla», confiesa Maite Álvarez, doctora en bioquímica y técnico responsable del banco de ADN de la Universidad del País Vasco, al tiempo que se pone la suya. Está en la sala 105 del Laboratorio de Nivel de Contención Biológica 3 (LNCB3) de la UPV, en el campus de Álava. La siguiente puerta da paso al laboratorio propiamente dicho. Antes de franquearla, hay que ponerse un traje con capucha, gafas, mascarilla, calzas, zuecos y guantes para protegerse de patógenos que pueden causar graves enfermedades.Un laboratorio de contención biológica es una instalación científica para trabajar con virus, bacterias y hongos. Los hay de cuatro niveles: el 1 es para microorganismos inocuos; el 2 es para los que pueden provocar enfermedades que no suponen un riesgo para la población, para las que hay vacuna o tratamiento; en el 3 están los causantes de enfermedades graves, con riesgo para la población y para las que hay vacuna o tratamiento; y el 4 está reservado a los de enfermedades muy graves para las que no hay vacuna ni tratamiento eficaces, que se contagian entre personas y suponen un peligro individual y colectivo. En el grupo 2, están los virus del resfriado; en el 3, los de la gripe aviar y la rabia, y los bacilos de la tuberculosis, la peste y la fiebre tifoidea; en el 4, los virus de fiebres hemorrágicas como el ébola y la de Lassa.En el mundo hay una treintena de laboratorios de bioseguridad 4 -diez de ellos en Estados Unidos-, pero ninguno en España. Nuestros grandes hospitales tienen pequeñas instalaciones de nivel 3 para el diagnóstico, pero, por su alto coste, sólo hay unos 20 equipamientos grandes en el país. Euskadi cuenta con dos, uno en NEIKER-TecnaliayeldelaUPV, que forma parte de los Servicios Generales de Investigación (SGIker) de la institución académica. Su construcción por ELUR -una firma española especializada en instalaciones científicas de seguridadcostó un millón de euros y, aunque se inauguró en febrero de 2012, todavía no está en funcionamiento. Lo hará a principios de 2015. «La validación y puesta en marcha de un equipamiento de este tipo lleva muchísimo tiempo», explica Javier Garaizar, microbiólogo y vicerrector del campus de Álava.El LNCB3 -también llamado P3de la UPV está en la primera planta del Centro de Investigación Lascaray, en Vitoria. Sólo dos personas tienen la llave para acceder a él: la catedrática de Biología Marián Martínez de Pancorbo, asesora científica, y Maite Álvarez, técnico responsable de las instalaciones. «Abarcan unos 140 metros cuadrados, aunque el laboratorio en sí ocupa 80. El resto son salas de entrada y salida. Hay un gradiente de presión negativa en el circuito para que nada peligroso salga cuando se abra cada puerta. Si se tratara de una sala blanca, sería al revés para que nada entrara. Además, sendas puertas neumáticas aíslan, a la entrada, los vestuarios 1 y 2 y, a la salida, el vestuario de la sala final». ALaboratorio de contención de nivel 3VestuarioPuerta neumáticaVestuarioRecepción EsclusaControl de acceso105Sala pre laboratorioEstanteríaTaquillas1044-¡nMostradorMesaMostrador0a aLaboratorioKmM¿ Filtración al vacíoTaquillasArmario102aCabina de bioseguridadCabina de bioseguridad] Microscopio MesaFregaderoMesa MicroscopioFCabina de bioseguridadFiltraciói al vacíoFregaderoCentrífugaBaño termostáticoCabina de bioseguridad1014=Entrada Agitador Incubadoras de CO2INeverasesta última desemboca también otro habitáculo diseñado para, en caso de avería, sacar del laboratorio y descontaminar una cabina de bioseguridad, esa especie de peceras en las que trabajan los científicos.Pasos previosAntes de usar el LNCB3, un investigador debe asistir a cursos de formación y vacunarse contra los patógenos con los que vaya a trabajar. Si es novato, durante sus dos primeras entradas será supervisado por el técnico responsable. Y siempre estará controlado médicamente, además de llevar una tarjeta de contacto que le identifica como trabajador de un equipamiento de bioseguridad. En el vestíbulo (sala 101), ya con el laboratorio a la vista tras los cristales, pero todavía vestido de calle, se identificará en un registro, tras lo cual pasará a la denominada sala de recepción (102). Desde ésta, pueden meterse en el laboratorio muestras y materiales a través de una esclusa donde los recipientes«Ante una emergencia por el virus de la gripe aviar u otro microorganismo peligroso, podremos dar una respuesta rápida»se desinfectan con chorros de aire y luz ultravioleta. «Si se trata de un microorganismo vivo, hay que protegerlo de la luz ultravioleta para no matarlo. El objetivo es que no entre nada sucio en el laboratorio».En el vestuario 1 (103), hay que desnudarse y dejar la ropa y los objetos personales en una taquilla. «Aquí se queda todo: anillos, pendientes, relojes... Las lentillas están prohibidas. Recomendamos a los investigadores que necesiten gafas que dejen un par dentro del laboratorio», explica Álvarez. Ya sólo con calzas, se accede por una puerta estanca al vestuario 2 (104). Desde ahí, se atraviesa una ducha -que no es obligatorio usar, pero se instaló porNeverasHSala post laboratorio107gt I-inr 108109 I/tas ymáticasPuertas -neumáticasCubo para desechar ropa, guantes, etc ..Vestuario110TTaAlmacénAutoclave EsclusaArmarioSalidasi algún día se utiliza la instalación como sala blancahasta la sala preP3 (105), donde uno se pone, por el siguiente orden, ropa interior y un pijama desechables, un buzo con capucha, calzas, zuecos, calzas, manguitos, gafas, mascarilla y dos pares de guantes. El proceso lleva unos 10 minutos en los que uno se viste bajo la vigilancia de un compañero para ajustarse todo como es debido.«En el laboratorio no puede entrar nada, aparte, lógicamente, de las muestras a analizar. Si entra algo más, o no sale o lo hace por el autoclave, que es una especie de olla a presión, para esterilizarlo. No se puede sacar ni un papel. Para las notas tenemos cuatro ordenadores conectados a internet», explica Álvarez. El DIARIO VASCO ha podido meter una cámara de fotos en el LNCB3 porque todavía no está en servicio. Si no, habría sido imposible. Al salir, habría que haber freído el equipo del fotógrafo en el autoclave a 120 grados durante 20 minutos para su descontaminación. «Cuando vas:: GRÁFICO GONZALO DE LAS HERASa meterte en el laboratorio, tienes que ser consciente de que vas a estar dentro varias horas. Debes tener claro todo lo que necesitas, aunque siempre te puede pasar algo un compañero por la esclusa. Pero no vas a poder ir al baño».«No sale ningún patógeno»El corazón del LNCB3 de la UPV es una aséptica sala casi cuadrada con espacio y equipamiento para que trabajen simultáneamente ocho personas distribuidas en cuatro equipos. Hay un frigorífico, un incubador de CO2, una cabina de bioseguridad, un microscopio y un ordenador para cada pareja, además de compartir dos centrífugas, dos agitadores, dos baños termostáticos y un autoclave. No hay baño porque eso habría exigido un aun más complejo sistema de tratamiento de residuos que el que ya existe en el subsuelo. «Al exterior no sale ningún microorganismo», destaca Guillermo Quindós, catedrático de microbiología. «Es un laboratoriomuy complicado. No sólo es lo que vemos, sino también todas las instalaciones, que no están a la vista, de filtrado aire y de descontaminación de residuos líquidos. Cumple, con creces, todas las regulaciones internacionales. Es un P3 de alto nivel. Ante una emergencia por un patógeno peligroso, podremos dar una respuesta rápida. Es un apuesta estratégica de la UPV, que ahora puede participar en proyectos internacionales de investigación que antes ni se planteaba», asegura Garaizar.La cabina de bioseguridad es donde el científico trabaja con las muestras peligrosas sin riesgos gracias a un circuito interno de aire y unos filtros especiales que frenan la propagación de los microorganismos. Se evita así la generación de aerosoles con microorganismos que pueda inhalar y contagiarse. «Antes de empezar a trabajar, metes en la cabina el material desechable que vas a usar y lo sometes durante 15 minutos a un baño de luz ultravioleta para desinfectarlo. Al final, haces lo mismo después de limpiar la cabina para dejarla al siguiente usuario como tú la has encontrado», explica Álvarez. Durante la manipulación de los patógenos, la zona izquierda de la cabina se reserva al material contaminado, la central es la de trabajo y la izquierda la del material limpio. «En un laboratorio de nivel 2 también hay este tipo de cabinas. La diferencia es que en un nivel 3 se encuentran dentro unas instalaciones aisladas del exterior», destaca la técnico responsable del LNCB3.Las instalaciones las controla remotamente la empresa constructora. Si no hay contratiempos que exijan operaciones de limpieza especiales, los investigadores se encargan de que la sala esté en todo momento impoluta. El último paso de cada sesión de trabajo es limpiarlo todo antes de salir por la puerta al vestuario, deshacerse de la ropa protectora en la sala post-P3 (107), ducharse según el protocolo, ponerse una bata y unos zuecos, salir del laboratorio y volver a acceder por la puerta de entrada a por la ropa de calle. Después de dos horas, se agradece respirar sin mascarilla.«Tenemos muestras de ADN muy preciosas»El LNCB3 nació para cubrir una necesidad del banco de ADN de la UPV, una especie de biblioteca genética para investigadores:: L. a. G.BILBAO. El LNCB3 de la UPV nació para dar servicio al banco de ADN de la universidad. «El banco no investiga. Es una especie de biblioteca al servicio de los grupos de investigación. Tenemos, por ejemplo, una colección muy bonita de ADN de nonagenarios y centenarios para hacer estudios de longevidad, y también otra de enfermedades raras. Pero, si se usa mucho, el ADN se deteriora y podemos acabar perdiéndolo. Eso se puede evitar cogiendo linfocitos de las muestras de sangre e inmortalizándolos gracias al virus de Epstein Barr. Si podemos hacer eso, mantendremos indefinidamente cada línea celular y, por lo tanto, su ADN», explica Álvarez.Ahora esos linfocitos están congelados en nitrógeno líquido a la espera de que el LNCB3 entre en funcionamiento. «Necesitamos este laboratorio para los cultivos celulares, para traer los linfocitos e infectarlos con el virus de Epstein Barr, que hay que manipular en un P3 porque es el causante de la mononucleosis infecciosa o enfermedad del beso y puede producir ciertas formas de cáncer». Una vez cultivados los linfocitos, se extraería su ADN -que es inocuoy se sacaríadel laboratorio a través de una esclusa similar a la empleada para meter muestras.Una instalación como la de Vitoria no sólo es necesaria para manipular patógenos de nivel de 3, sino también para los de nivel 2 cuando se usan en grandes cantidades, lo que multiplica el riesgo de generación de aerosoles. «En un laboratorio de nivel 3, puedes hacer diagnóstico del ébola mediante la detección de anticuerpos, antígenos y el ARN del virus. Pero, si quieres hacer cultivos del ébola, hace falta un nivel 4», apunta Guillermo Quindós. Es posible hacer diagnóstico del ébola en un nivel 3 porque no se necesitan grandes cantidades del virus y, además, no se transmite por el aire. «No es lo mismo que unmicroorganismo se transmita por contacto que por vía aérea. Esto último añade un plus de peligrosidad», advierte Álvarez.En cuanto se ponga en marcha a comienzos de 2015, el LNCB3 estará abierto a grupos de investigación públicos y privados. «Cada servicio general de investigación de la UPV tiene sus tarifas y, en este caso, todavía no se han fijado», indica la técnico responsable. Será una vía para sufragar el mantenimiento anual, que sólo en filtros de aire puede suponer varias decenas de miles de euros si el uso es intensivo. «Lo ideal es que el coste anual de una instalación así se cubra entre el presupuesto universitario y las aportaciones de las empresas que lo utilicen», dice Quindós.
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Luis Alfonso Gámez Bilbao. «lo Más Mo
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2014-12-29T00:00:00
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