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El Aventurero Interminable. - Deusto Knowledge Hub Explorer

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El Aventurero Interminable. - Deusto Knowledge Hub Explorer
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¿Soy un aventurero del espíritu, se autodefinió el bilbaino decisivamente en la vanguardia del siglo XXUn reportaje de Cristina Mtz. SacristánEl aventureroPOETA OLVIDADOJUAN LARREAA su muerte, el diario Sur destacó que él pidió a Picasso el Guernica.E.. 1:SVICon Gerardo Diego, con quien trabó amistad en Deusto y larvó la Generación del 27. Foto: Revista PoesíaN países diversos, como Francia y Perú, recuerdan con admiración a Juan Larrea Zelaieta, nacido en Bilbao en 1895 y fallecido en 1980 en Córdoba (Argentina), en cuya Universidad daba clase entonces. Una larga vida que parecieron varias, al igual que sucede cuando nos asomamos a un Oteiza inabarcable: ¿Fue varias personas; investigar su vida es como abordar el cubo de Rubik, que cuando ya has terminado un lado te das cuenta de que hay otro reto fascinante en el siguiente, describe su biógrafo, el también escritor bilbaino José Fernández de la Sota.Fernández de la Sota ha demostrado a lo largo de su trayectoria la alta y premiada calidad de sus trabajos poéticos, ensayísticos, periodísticos... y la magna figura del autor criado en la calle Henao le había llevado a realizar una primera entrega biográfica en la colección Bilbaínos Recuperados, de Muelle de Uribitarte (2009). Pero, a medida que descubría más facetas de Larrea, comprendió que ¿había que hacer una biografía completa. José no entiende cómo nadie la había abordado antes que él -aunque la bibliografía existente es amplia-, ni tampoco que no haya una calle en Bilbao con su nombre. Así que, tras cuatro años de laboriosas búsquedas y asombrosos hallazgos, ha publicado Juan Larrea (El hombre al que perseguían las palomas) con la editorial El Gallo de Oro.En esta semblanza, asistimos a un Larrea que sirvió de emisario del encargo de la Exposición Universal de París de 1937, para que Pablo Picasso pintara, en tiempo récord, su mítico e internacional Guernica. Estuvo presente en buena parte delproceso, e incluso él realizó el pago al malagueño (en dos entregas). Asimismo, pocos saben que la Generación del 27 se larvó en Bilbao. Juan Larrea y el santanderino Gerardo Diego estudiaban Letras en la Universidad de Deusto; corría 1912 y ambos encontraron tantas afinidades que combinaron amistad y objetivos. Años más tarde, el vanguardista grupo del 27 tomaría cuerpo, derivado en buena parte de ese embrión intelectual e idealista. Larrea guionizó a Buñuel y Alberti le bautizó ¿un vasco secreto y difícil, ya que no le gustaba salir en las fotos sociales, pues era muy independiente. En su afán infatigable de abrazar horizontes, el escritor se aventuró a buscar tesoros de arte inca por Sudamérica, en periplos que probablemente Steven Spielberg querría para sus películas de acción... ¿Alguien hará una película sobre su vida trepidante, prevé Fernández de la Sota.SIEMPRE EN VANGUARDIA Efectivamente, Juan Larrea era intenso, ¿impulsivo, ¿idealista, apunta a DEIA su biógrafo. ¿León Felipe y yo somos dos desorbitados, afirmó el propio Larrea en la entrevista que Santiago Amón le hizo en El País en 1977. Amón reintrodujo al escritor vasco tras sus 40 años de exilio por la dictadura, pero el prolífico autor bilbaino se desencantó con la huella que había dejado el franquismo, tanto en Bilbao como en Madrid. Para él, que era amigo de Juan Gris, de Buñuel, de Alberti y García Lorca... el retroceso que encontró a su vuelta resultó impactante.Su familia pertenecía a la alta burguesía bilbaina, si bien su madre era navarra. Inquieto desde bien joven, alcanzó un buen puesto en el cuerpo de Archiveros Bibliotecarios en Madrid, ciudad en la que pudo engarzar con el mundillo literario, pero su búsqueda de nuevos horizontes le llevó a no conformarse y saltar a París. Allí ya empezaban a despun-tar las grandes vanguardias del siglo XX. ¿Él siempre buscaba más allá, especifica Fernández de la Sota. En París crea la revista Favorables-ParísPoema, uno de los exponentes de ¿la primerita línea de la vanguardia en la que comenzó a sumergirse. ¿Un vasco que escribía poesía en francés. Era muy singular, destaca su biógrafo.¿Todo se le iba quedando pequeño, aclara De la Sota. Su familia, acaudalada pero ¿ultraconservadora y ultracatólica, no casaba con su espíritu ¿inconformista. Y saltó de Madrid a París. De hecho, su esposa, Margarita Ambry, era francesa. En la capital gala entabló amistad, por ejemplo, con Juan Gris y Luis Buñuel. Buñuel le encargó algunos guiones para sus películas. Cuenta De la Sota que en una ocasión en que Larrea andaba muy mal de fondos el cineasta le explicó, mientras le entregaba su cheque, que había practicado cambios sobre su guión. A Larrea no le gustó el resultado, y le devolvió el talón. Ante su rotunda postura, Buñuel debió de decirle: ¿Juan, tú no eres de este mundo.Sin duda, el poeta y ensayista no era fácilmente clasificable. ¿Sólo me siento protagonista de mi mundo, aseguró, lejos de ínfulas. Y su perfil autónomo no le llevaba a hacerse fotos de grupos -como las famosas realizadas en Sevilla, por Pepín Bello, de la Generación del 27¿. En cambio, él influyó desde la sombra en Alberti, García Lor-Se definía él mismo ¿hereje y ¿desorbitado, Larrea iba ¿siempre más allá, según De la Sota; Bodini lo ve ¿el padre desconocido del surrealismoLarrea pidió a Picasso que pintara el Guernica para la Expo de París y larvó la Generación del 27 en Deusto, con Gerardo Diegoca, Gerardo Diego y Vicente Aleixandre. Por ello, y por sus narraciones, es, según Vittorio Bodini, ¿el padre desconocido del surrealismo español. A Bodini le escribió en una carta: ¿Soy el hereje en varios niveles y sentidos, en el religioso, en el político, en el sociocultural. He aquí por qué represento el papel de gran predicador en el desierto. Como comprenderá, me tiene sin cuidado.DOS LADOS DEL OCÉANO La vida intensa de Larrea le llevó a conocer el mundo del opio y las drogas, pero él era un idealista que quería cambiar el mundo. De hecho, a veces se deprimía al ver las injusticias. Al principio, y desde su carácter independiente, no se enmarcó en un movimiento político, pero más adelante sí apoyó a la República. Con algunos toques místicos donde coincidía y a la vez chocaba con Oteiza-, Larrea veía símbolos por todas partes. De ahí su buen diálogo con el surrealismo. La cuestión es que él no comulgaba con las dos corrientes preponderantes y antagónicas, el conservadurismo reaccionario y el marxismo y su visión materialista: ¿Él apostaba por una tercera vía, pues tenía una visión del mundo espiritual, aunque absolutamente crítica. Así que le dieron por los dos lados, cuenta De la Sota.A Larrea era difícil seguirle. Eso debió de opinar su mujer cuando él decidió vivir en México, tras largo tiempo en Perú. El prolífico autor realizó una auténtica aventura en pos de lo que después ha sido la más vasta colección de arte inca fuera de Sudamérica. Había heredado al morir su madre y lo gastó en ella para al final donarla al Museo de América. Ambry no lo soportó. Tras morir Franco, Larrea anduvo por Europa, pero volvió a trabajar en Perú, investigó en Estados Unidos -cuando se le acababan las becas malvendía obras de Picassoy dio clases en la Universidad de Córdoba. Allí un cáncer de estómago puso fin a su fílmica vida. ¿f1José Fernández de la Sota, con su biografía de Larrea, junto al Museo de Bellas Artes. Foto: Zigor Aikorta¿Un personaje fascinante, dinámico e inconformista, pero olvidadoJuan Larrea, en su primer viaje a Perú.Larrea ¿es el poeta que nosale en la foto, pero está entodas partes, destacanDe la Sota y otros autoresBILBAO Inquieto como Larrea, el poeta José Fernández de la Sota se confiesa fascinado por esa vida con tantos matices, ¿que lo supera todo, opina. Durante más de cuatro años De la Sota ha investigado diversas bibliografías en Europa y en Sudamérica, donde tuvo ocasión de charlar con Arturo Corcuera, poeta peruano octogenario en el que Juan Larrea ¿dejó una huella enorme. Corcuera, que también conoció a Blas de Otero, evoca la amistad de Larrea con César Vallejo. ¿Era su amigo, su hermano, describe José Fernández la estrecha relación que tuvieron ambos escritores.De hecho, Larrea sentía una gran admiración por Vallejo: ¿Sin duda alguna, el poeta más grande del siglo, lo definió. De la Sota corrobora su percepción: ¿Es un genio poético universalmente aceptado, tras Dante Alighieri el mejor; como de otra galaxia. En el caso de Larrea, además de sus otras virtudes, el biógrafo valora su poesía como ¿muy importante. Varios autores hablan de su sintaxis lúcida y cristalina. De versos que son a menudo verdaderas máximas. ¿Pero es el gran olvidado de la Generación del 27, lamenta José.¿Invisible, grande, influyente, lo calificó Juan Bonilla en su blog, recordando que Larrea ¿se las arregló para no salir en muchas fotos y, desde luego, en ninguna de las principales de nuestra literatura y queEL POETA EN LA SOMBRA¿ Generación del 27. JuanLarrea fue uno de los poetas más influyentes de la gran Generación del 27, pero no solía hacerse fotos con sus compañeros e iba un poco a su aire. ¿No me siento protagonista. Únicamente de mi mundo, afirmó.¿ Contagioso. El brillante Larrea, cuyos versos eran peculiares pero impecables, ayudó a Alberti y García Lorca, y fue muy amigo de César Vallejo y Gerardo Diego, enfadándose con este último al apoyar a los nacionales.¿ De película. No sólo guionizó a Buñuel, sino que además realizó una búsqueda a lo Indiana Jones para reunir una de las colecciones incaicas mayores del mundo. A Picasso le pidió que pintara el Guernica para la Expo de París, y supervisó el trabajo.su gran libro de poemas, Versión celeste, fue publicado ¿muchas décadas después de que fuera entronizada la generación a la que pertenecía. Y es que Larrea, comentó a Amón, siempre había ¿odiado la profesión de poeta. Y eso que su Generación fue ¿siglo de Oro de las generaciones literarias, en opinión de De la Sota, por su dimensión, internacionalidad y calidad.Pese a su discreción, su valía no pasó inadvertida. Fue por ello que los organizadores de la Exposición de París le pidieron que él hablara con Picasso para que pintara el Guernica. Humanista algo visionario, nada ortodoxo -él se autodefinía juanlarreísta-, ultraactivo y de un altísimo nivel de intelectualización, cuando Juan Larrea se zambullía en un proyecto se enfrascaba de tal forma que perdía la noción del tiempo. Muy activo, sí, pero a la vez con una gran capacidad de concentración. Se dejaba la piel en sus proyectos.Autor de una veintena de libros de distintos géneros y documentalista, Fernández de la Sota tiene importantes premios literarios y se siente satisfecho con esta rica biografía. Cuando Larrea se declaró a su después esposa, apareció una paloma; en otro episodio en México, cuando estudiaba en una biblioteca de Estados Unidos... estas aves hacían acto de presencia. Él lo veía como una señal, claro que también tenía sus oscuridades, como la provocada por la muerte en accidente de su hija: ¿Aún tengo que huir de mí mismo, parecía anunciar en Versión Celeste, y así pasó su vida, sin parar, como ¿un fugitivo, observa Fernández de la Sota.C. M. Sacristán
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Un Reportaje de Cristina Mtz. Sacristán
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2015-02-01T00:00:00
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