ahora Disfruto Más de los Juguetes que cuando Era un Crío - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Title | ahora Disfruto Más de los Juguetes que cuando Era un Crío - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Notes | VIZCAÃNOSi11/&LapIgnacio Erice rodeado de algunas de sus joyas de hojalata y calamina en su casa del Ensanche. :: sergio garcÃade los jugetes queEntre inauguración yErice, subdelegadodel Gobierno, le queda tiempo para su pasión verdadera: los coches en miniatura. Tiene 5.000Hay cosas que no se pueden explicar: o te chocan por excéntricas o las abrazas con la pasión reservada a los grandes momentos. Es lo que le ocurre al subdelegado del Gobierno en Bizkaia, quien entre recepción, inauguración y rueda de prensa saca tiempo para dar rienda suelta a su verdadera pasión: los coches en miniatura. Y no se imaginen una estanterÃa en un rincón del living, entre fotos de los nietos y escapadas con la esposa a un rincón paradisiaco. No. Lo de Ignacio Erice Apraiz no tiene nombre: «HabÃa pensado forrar el pasillo con vitrinas, pero mejor no. Cualquier dÃa me echan de casa», confiesa.Las lÃneas maestras de su vida se desarrollan en un radio de 200 metros. Por un lado, el palacio Chávarri, enmarcado por Torre Iberdrola y el pináculo de la iglesia de San José; por otro, la casa del Ensanche donde vino al mundo y en la que aún reside con su mujer, un piso de techos altos y con un pasillo lo bastante largo para aprender a andar en bicicleta, siempre que a una madre no le importen los raspones en la pared. Bueno, y Australia, donde viven su hija Sonia y sus dos nietos, uno de ellos niño al que -implorapueda legar ese universo de hojalata y calamina que se ha adueñado de anaqueles, vitrinas, armarios y cajoneras.Su casa es como un bazar donde se apilan cientos de juguetes, miles. Calcula que tiene 5.000 maquetas de coches, aunque sus preferidos son los que están a escala 1:43. Ya quisiera el Museo del Juguete de Figueras la colección de vehÃculos que Ignacio atesora. «Yo soy coleccionista, no un anticuario. Colecciono coches porque tienen un valor sentimental para mÃ, no porque quiera doblar el valor de la inversión. Los miro, les quito el polvo, busco modelos que todavÃa no tenga -pocos-, marcas ya desaparecidas... Es el orgullo de tener pequeñas joyas que a menudo sólo tu sabes apreciar».Ignacio es carne de rastro. Cuando hicimos esta entrevista preparaba un viaje con su mujer a Londres y ya se relamÃa pensando no tanto en la catedral de San Pablo, el Puente de la Torre o el Big Ben, como en los mercadillos de Camden Town o Portobello Road, coto de buscadores de antigüedades, ediciones agotadas, quincalla y ropa que parece sacada de los almacenes del Ejército de Salvación. Y, por supuesto, juguetes. Un tesoro para este coleccionista de libro. «Y si no salgo es igual, disfruto pasándome por los desembalajes que organizan los domingos en los colegios, me gusta enredar», se disculpa.Ignacio recuerda perfectamente cómo despertó en él una afición tan singular. «La mÃa es una colección de toda la vida, desde que mi tÃo Manolo me regaló el primer Schuco,AL DETALLE ¿Quién es Ignacio Erice Apraiz, 65 años, nació y reside en el Ensanche de Bilbao. Está casado, tiene una hija y dos nietos. Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto, fue director del Instituto Social de la marina y en la actualidad es subdelegado del Gobierno. Un mundo a escala 1:43. Sucasa es como un bazar donde él y su mujer han hecho sitio a 5.000 coches en miniatura. Claro que su afán coleccionista va más allá. Entre tanto Dinky Toy y Schuco hay cientos de juguetes que sólo deben cumplir un requisito: «Lo que me gusta es que se muevan».«Fui afortunado, tuve una infancia muy feliz y esto es una especie de revival»una marca alemana sinónimo de prestigio, equiparable sólo a los Dinky Toys británicos que empezaron a fabricarse hacia 1940 y dejaron de hacerse a finales de los 70. «Llegaron incluso a cotizar en Bolsa y hay series limitadas que por su rareza pueden costar auténticas fortunas, 6.000 u 8.000 euros por una maqueta». Un precio que llega inclusoSERGIO GARCÃAa duplicarse si el coleccionista en cuestión es, además, poseedor de la caja que envolvÃa el juguete. «Figúrate todas las que he tirado yo de crÃo», suspira. Y es que viéndole mimar su tesoro no cuesta imaginar al niño que hay detrás. «La verdad es que fui afortunado, tuve una infancia muy feliz y esto es una especie de revival».De madrugada en eBaySchucos, Dinky Toys, Gorky, Norev, Match Box, los Sólidos... En sus vitrinas pueden encontrarse desde Rolls Royce Phantom, Ferraris y Cadillacs hasta Seats 600 o 1.500. PodrÃa pensarse que es un enamorado del mundo del motor, pero no es asÃ. El cariño y dedicación que dedica a las miniaturas contrasta con su desapego por los coches de verdad. «Tengo un Mercedes, pero me siento más cómodo con el Ibiza». ¿Y el vehÃculo oficial «Un Peugeot 405... Creo».Ignacio reúne todos los rasgos del coleccionista, «sobre todo la inquietud que tengo desde pequeño por encontrar cosas; también la curiosidad por comparar cómo se hacÃan los juguetes antes y cómo se hacen ahora, de la calamina al plástico, más moderno, pero menos duradero». Y la pasión por el detalle, que es fácil adivinar mientras sostiene casi con veneración un Schuco y admira su acabado, los materiales de que está hecho (hojalata)... «Ahora disfruto más de los juguetes que cuando era un crÃo, te fijas y lo valoras más». Imposible sacarle cuál es su preferido «¿PreguntarÃas a un padre con qué hijo se queda », espeta»-, mientras hunde las manos en cajones llenos de coches Rico, Payá, Guisval... todos fabricados en Alicante, ese eterno emisario de la Navidad. Tampoco el dinero que ha llegado a gastarse por uno de estos caprichos -«Me sacarÃan cantares», zanja categórico-.- ¿Cuál es la locura más grande que ha hecho por un modelo especial - Estar colgado de eBay hasta las cuatro de la madrugada para que nadie superase mi puja. Pero además están todos los coches que he comprado en el extranjero. De Australia, por ejemplo, me traje un Studebakers Golden Hawk precioso.- ¿Viene bien la valija diplomática - Ja, ja. Ni la tengo ni la quiero. pero sÃ, es cierto. El problema es traerlos, asà que a menudo llevo las maletas casi vacÃas para tener luego hueco.Su afición es pública y notoria, y son muchos los que le han alegrado el dÃa regalándole algún modelo con que agrandar la colección. «Por ejemplo Iñaki Azkuna me dio uno que tenÃa en el despacho. Lo que pasa es que son tantos que algunos se cortan porque piensan que ya lo tengo. Pero bueno, siempre se pueden cambiar los repetidos», añade con una sonrisa. Y abre los brazos como queriendo abarcar algo que hace tiempo se le fue de las manos. «Es como ese chiste del tipo que le cuenta al médico en la consulta que le gustan las tortillas de patata y éste le dice que ese no es motivo para ir al psiquiatra. Es que yo tengo los cajones llenos, contesta». Pues eso.
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Author | Sergio García
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Metadata Updated | (not set)
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Date Released | 2015-10-01T00:00:00
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Platform | html
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Language | es
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Version | (not set)
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