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Grecia: Realismo, No Capitulación - Deusto Knowledge Hub Explorer

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Grecia: Realismo, No Capitulación - Deusto Knowledge Hub Explorer
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MANFRED NOLTEMGRECIA: REALISMO, NO CAPITULACIÓNmiVaroufakis, rodeado de otros miembros del Gabinete de Tsipras, el sábado. :: afpEsq| n la tarde del viernes pasado, el Eurogrupo, flanqueado por el Fondo Mo netario Internacional y el Banco Central Europeo, alcanzó un acuerdo marco para prorrogar cuatro meses el programa de rescate vigente con Grecia de 172.000 millones de euros, que vence el 28 de este mes. Tratándose de un avance sustancial, en realidad asistimos a una serie de negociaciones por etapas que, en el mejor de los casos, consolidarán el apoyo financiero a la República Helénica allá por el mes de junio de este año.De momento, los negociadores griegos deberán presentar hoy lunes 23 el plan de reformas que van a acometer de forma inmediata, siempre bajo el vigente programa de rescate. Si resulta validado en primera instancia por la Troika, este acuerdo inicial pasa a la etapa siguiente de ratificación. Debidamente especificado y aprobado por las Instituciones, se someterá al voto de los Parlamentos nacionales en aquellos países en los que dicho trámite resulte preceptivo. Es el caso de Alemania, Finlandia, Holanda y Estonia. Dadas las circunstancias, también Grecia lo debatirá con las justificaciones imaginables en su propia Cámara. Solamente la aprobación de las conclusiones por parte de las Instituciones facilitará la disposición final (7.200 millones de euros) del programa en curso del Fondo de Rescate Europeo (MEDE) y la reactivación de las líneas de compra de bonos en el mercado secundario (SMP) para títulos soberanos griegos.La decisión de solicitar una prórroga del programa actual representa un giro radical para Alexis Tsipras, el primer ministro de Grecia, que había prometido en su campaña electoral acabar con el rescate existente. Lo mismo cabe decir del mantenimiento expreso del stock de deuda soberana.En cualquier caso, las decisiones acordadas abren el camino a evitar la descomunal tragedia humanitaria a la que las tesis iniciales de Syriza -hoy reconducidashabrían llevado: la quiebra del sector bancario griego, la instauración de controles de cambios, el corralito y, finalmente, con gran probabilidad, la salida de la zona euro y la quiebra del país. Queda por tanto patente que se trata de una vía de negociación por etapas que puede acarrear importantes beneficios a Grecia pero que a lo largo de los próximos meses corre también el peligro de súbitas involuciones que sitúen el caso griego al borde del mismo precipicio al que se ha asomado esta última semana. La frágil senda emprendida puede, en consecuencia, torcerse en cualquier momento.Ciertamente el pulso griego con las Instituciones ha despertado todo tipo de susceptibilidades. Si hay algo que descompone a la mentalidad sajona, y a otras que no lo son, es la presunta picaresca latina o mediterránea, el digo y no hago, la trampa sibilina, la cosmética maliciosa, el juego de palabras, la semántica para sostener una posición en público y otra antagónica en privado. Las negociaciones de las últimas semanas y el comunicado del viernes han representado sobre todo un hito en la reconstrucción de la confianza entre las partes. La confianza es una frágil virtud que se evapora con enorme facilidad y cuya recuperación está sometida a repetidas pruebas de fidelidad y al largo peaje del tiempo.El programa de Tsipras necesariamente quedará recortado aunque nadie debe interpretarlo como una capitulación, sino como un baño de realismo. Pregonaba Yanis Varoufakis que la Troika no haría hincar las rodillas al pueblo griego, pero nadie con un mínimo de sentido del respeto y de fe en el proyecto europeísta puede prestarse a esa interpretación. En realidad todo está aún por hacer. Laaparente derrota de Grecia no existe ya que queda por pactar el nuevo marco resolutorio en los próximos meses y tal derrota solo existiría en el caso de que Grecia, sesgadamente, la interprete como tal.Entretanto queda claro que achacar a las Instituciones europeas falta de sensibilidad en relación a los esfuerzos y sacrificios emprendidos por la ciudadanía griega como contrapartida de los sucesivos programas de rescate es faltar a la verdad. El acuerdo alcanzado el viernes 20 abre todas las puertas conjugando ayuda financiera y asunción de responsabilidades. Solidaridad con el compromiso reformista. Saltarse ese discurso no es invocar el rodillo de los más fuertes sino atajar el riesgo moral, que resulta en cualquier caso inaceptable. Grecia tiene el derecho de solicitar algo más que cambios de semántica. Cambiar Troika por Instituciones y Memorando de entendimiento por Acuerdo Master de Asistencia financiera no va a ninguna parte. Son solo palabras.Pero el teatro de confrontaciones, el talante altivo y desafiante mostrado inicialmente por los negociadores griegos, la descalificación insultante de la legitimidad de los supervisores y el rechazo frontal a cualquier política de austeridad a la que siempre han considerado tóxica han estado a punto de echar por la borda lo que está llamado a ser la tabla de salvación de la economía griega.Lo que si ha quedado claro a estas alturas es que nuevos Gobiernos no pueden convertir en papel mojado las obligaciones contraídas por otros anteriores por el mero hecho de ser formaciones radicales y proclamar unas promesas populistas e incumplibles. Si las deudas no son deudas ni los compromisos son compromisos, habrá que migrar a otra galaxia y refundar las reglas del comercio y de la convivencia.
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Manfred Nolte
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2015-02-23T00:00:00
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