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Una Deuda con las Víctimas de la Extorsión - Deusto Knowledge Hub Explorer

Una deuda con las víctimas de la extorsiónPara cimentar la memoria, la sociedad vasca debe también un reconocimiento a quienes fueron extorsionados por ETA ante el silencio o la comprensión de amplios sectores de la sociedadLa violencia, el terror practicado por ETA durante décadas, ha dejado un reguero de víctimas mortales pero ha tenido también gravísimas consecuencias a todos los niveles que aún no somos capaces de medir. Al desgarro propio por la pérdida de vidas humanas se ha unido el deterioro ético, social, psíquico, político y económico que ha tenido lugar en Euskadi por la existencia misma del terrorismo y sus mecanismos de amenaza y amedrentamiento, y que ha afectado de manera directa a la convivencia. En este sentido, la investigación que está llevando a cabo la Universidad de Deusto sobre la extorsión y la violencia de ETA contra el mundo empresarial desde diferentes aspectos y dimensiones y con una óptica multidisciplinar puede arrojar luz sobre un fenómeno del que, si bien su existencia era mayoritariamenteEditorialconocida, ha sido casi obviado e incluso ocultado y silenciado pese a la gravedad e iniquidad que ha supuesto esta práctica mafiosa de chantaje, lo que nos interroga como sociedad tanto por la respuesta que se ha dado ante estas actuaciones como la que, en este momento clave para la cimentación de la memoria, se debería dar. Como señalan los responsables del estudio, los empresarios, profesionales y directivos extorsionados -aunque aún está por hacer una estimación basada en datos reales, han sido varios milesson víctimas. Damnificados del terror que en la inmensa mayoría de los casos han vivido la amenaza de muerte para ellos y sus familias en silencio, lo que tampoco ha contribuido a que pudiera extenderse una respuesta social contundente salvo en los casos extremos de secuestro y asesinato. Los mecanismos legales, jurídicos, policiales e institucionales tampoco han funcionado. Además, el mal llamado impuesto revolucionario, en demasiadas ocasiones comprendido cuando no apoyado por amplias capas sociales, ha tenido un importante impacto económico para el desarrollo de nuestras empresas y, en definitiva, del país. Pero son sobre todo las secuelas éticas las más difíciles de cicatrizar. En este sentido, Euskadi, como sociedad, tiene una deuda pendiente con quienes han sido extorsionados, que debe empezar a saldarse con un reconocimiento explícito de su sufrimiento y su labor, sobre todo por parte de quienes alentaron y fueron cómplices directos e indirectos del chantaje. ¿

2015-01-03T00:00:00

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