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«recibir la Carta de Eta Era Como que Te Dijeran que Tenias un Cancer - Deusto Knowledge Hub Explorer

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«recibir la Carta de Eta Era Como que Te Dijeran que Tenias un Cancer - Deusto Knowledge Hub Explorer
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«Recibir la carta.que s dijeran queUn estudio sobre la extorsión de la banda a empresarios y profesionales saca a la luz por primera vez testimonios de víctimas que vivieron la amenaza en absoluto silencioUn equipo de diez investigadores recupera la memoria de un colectivo que llegó a englobar a más de 10.000 afectados, «aunque la sociedad vasca miró para otro lado»:: MIGUEL VILLAMERIEL SAN SEBASTIÁN. Muchos com pañeros de tu círculo profesional ya habían recibido la carta, por lo que era cuestión de tiempo que ETA se fijara en ti y te la hiciera llegar. Un día abrías el buzón y ahí estaba. Debías contribuir económicamente a la «causa de la liberación nacional de Euskal Herria». En otras palabras, tenías que financiar a ETA. Si no lo hacías, tu seguridad y la de tu familia estaría en riesgo desde ese momento. Algunos amigos habían sido secuestrados o asesinados, por lo que la amenaza era muy real. No por esperada, la recepción de la carta suponía un impacto menor, porque te cambiaba totalmente la vida. ¿Por qué me ha tocado a mí ¿Qué voy a hacer ahora «Recibir la carta de ETA era como que te dieran la noticia de que tenías un cáncer», explica gráficamente una víctima de la extorsión. Durante décadas, los más de 10.000 afectados por la extorsión de ETA en Euskadi han vivido en soledad y absoluto silencio un fenómeno que la sociedad conocía, pero que siempre se mantuvo en un segundo plano. De vez en cuando, el asesinato de un empresario que se había negado a pagar el denominado impuesto revolucionario, como Joxe Mari Korta, ponía el foco en la existencia del chantaje de ETA. También sacaba a la luzque había valientes que se negaban a pagar a la organización armada, aunque muchos de esos «héroes» estuvieron muy lejos de sentir un reconocimiento por parte de la sociedad. Hoy, la gran mayoría de los extorsionados ni siquiera están reconocidos como víctimas del terrorismo.Con el final de la violencia, un equipo de diez investigadores coordinados por el Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto inició un proyecto que pretende rescatar a estas víctimas del olvido. El estudio La extorsión y la violencia de ETA contra empresarios, directivos y profesionales trata de aportar un análisis científico sobre un fenómeno que afectó a miles de personas en Euskadi y que provocó un fuerte impacto en la economía vasca, aún sin determinar. El estudio, sin embargo, no se queda en los aspectos cuantitativos de la extorsión, sino que concede gran importancia a la «dimensión ética» de este fenómeno, con el objetivo de que las víctimas logren al fin un «reconocimiento social». «Porque todas ellas son víctimas, más allá de que en su día accedieran o no al chantaje de ETA», señala la coordinadora del estudio, Izaskun Sáez de la Fuente.Los investigadores han entrevistado en profundidad a 60 afectados por la extorsión para conocer de primera mano sus vivencias y los dilemas éticos que tuvieron que afrontar. El estudio garantiza la confidencialidad de todos los participantes, aunque algunos testimonios sueltos dan idea de lo que tuvieron que pasar cuando ETA contactó con ellos. «Primero recibí una carta reclamándome el pago. El segundo aviso fue dejar un cuervo muerto junto a mi puerta». «Desde que me llegó la primera amenaza de ETA, dejé de sentarme en un restaurante de espaldas a la puerta». «¿Qué era lo ético Yo no pagué, pero no me atrevo a juzgar a nadie...».Sáez de la Fuente se vale de este último testimonio para explicar que la gran mayoría de los extorsionados han vivido su victimización «con un gran sentimiento de culpabilidad. Quienes pagaban, no podían obviar que ellos compraban su seguridad, pero que ese dinero podía destinarse a atentar contra otras personas. Quienes no pagaban, sentían que ponían en peligro a su familia o a su entorno». Por eso, para muchas de estas víctimas, enfrentarse a un estudio de este tipo ha sido «como una válvula de escape o una catarsis, porque han podido sacar algo que les ha machacado durante años». Aunque hay un dato común a todas ellas: por ahoraDos profesores de Ética de la Universidad de Deusto, Xabier Etxeberria y Galo Bilbao, se han encargado de redactar la dimensión ética del estudio sobre la extorsión. Etxeberria señala que lo han abordado «con una enorme delicadeza hacia los afectados por el chantaje de ETA, de tal modo que esto no les revictime, sino al revés, que les dé el estatus de víctima».Los profesores han planteado la perspectiva ética «teniendo presente los intervinientes en la extorsión: la víctima, el victimario, los intermediarios y la sociedad». La mayor atención se centra en la víctima, «que en este caso ha sufrido una victimación especialmente perversa porque, al mismo tiempo que le victima, ETA le convierte en colaborador de su propia victimación».Etxeberria apunta que «otro rasgo característico de la extorsión es el ocultamiento, porque a ETA le conviene que se sepa que extorsiona, pero no que se conozca cada extorsionado». Que ese chantaje se lleve en secreto «puede dar un respiro a la víctima, porque nadie sabe que le han enviado la carta, pero desde otro punto de vista es una trampa porque aboca a la víctima a la soledad».La dimensión ética¿Qué dilemas éticos aparecen después de recibir una carta de ETA «Una respuesta óptima y casi heroica sería decidir no pagar, pase lo que pase. Pero cada persona es un mundo y vive en un contexto específico. La ética prudencial plantea que los principios son importantes, pero que hay que aplicarlos en las circunstancias en las que nos movemos». En este sentido, Etxeberria apunta queX«A TODO EMPRESARIO.POR DEFINICIÓN. SELECONSIDERABAl UN EXPLOTADOR. Y ESO pAMÁSFÁCILQUE SE LE PUDIERA EXIGIRQUEPAGARA IeL IMPUESTO! REVOLUCIONARIO»TESTIMONIOS DE VÍCTIMAS QUE SUFRIERON LA EXTORSIÓN DE ETA9! JIJABA ENIpECOSlSTEMÄt¿ ALEMPRESW>0EQUEÑO«SS*-LAS FRASESIzaskun Sáez de la Fuente Coordinadora del estudio«Todos los chantajeados son víctimas, más allá de que en su día accedieran a pagar o no lo hicieran»Xabier Etxeberria Profesor emérito de Ética«Su victimación es especialmente perversa, porque ETA les convierte también en colaboradores»José María Ruiz Soroa Jurista«El Estado se inhibió ante la extorsión. Si no podía garantizar tu seguridad, tampoco podía ser firme»O Vea el vídeoescaneando con su móvil este código QR«no es igual el contexto de un directivo que tenía la cobertura de una gran empresa que el pequeño empresario de un pueblo. Por eso debemos ser respetuosos con las diferentes respuestas. Todos ellos fueron víctimas». Un factor que ha sorprendido a los investigadores es el nulo «debate social» que se produjo en torno a la extorsión. «Se sabía que existía, que en los años 80 y 90 estuvo muy extendida y que luego ETA fue aflojándola. Pero nunca se abordó el debate sobre cómo afrontar el problema, lo que provocó lagunas en los ámbitos ético, político y jurídico». Esta situación «aumentó el desamparo de las víctimas», explica el profesor.*Etxeberria, Sáez de la Fuente y Ruiz Soroa, en Deusto. l. a. gómezEl trabajo también trata de «desmontar éticamente las justificaciones que se dio el extorsionador. Al principio, ETA se erigió en un recaudador que exigía dinero a quienes más podían tener para la liberación nacional. Después aparecen otras justificaciones, como la lucha de la clase trabajadora o el ecologismo, en lo que fue una instrumentalización pura y dura de ambos propósitos». En opinión de Etxeberria, «todas estas causas se pervirtieron una vez que las tocó ETA».Sobre la figura del mediador en los pagos, el informe distingue entre «el que actuó por solidaridad con la víctima, el que lo hizo por beneficio propio, y el que estaba de parte de ETA. Sólo en el primer caso la actuación puede estar éticamente amparada».La perspectiva judicialEl jurista José María Ruiz Soroa ha sido el encargado de abordar la dimensión jurídica de la extorsión. La principal tesis del estudio es que «el Estado y sus representantes, la justicia y la Policía, se inhibieron ante el chantaje de ETA». ¿Qué quiere decir esto Según el Código Penal, cualquier pago a ETA podría ser considerado un delito de colaboración con banda armada, «pero como el Estado no tenía medios para garantizar la seguridad de las personas extorsionadas, toleróque los amenazados sucumbiesen al chantaje». Ruiz Soroa destaca que «lo curioso es que esa inhibición no se produjo por una decisión constatable ni tampoco hubo un debate social ni jurídico, simplemente se dio».La mejor prueba de ello es que sólo ha habido un juicio contra un extorsionado por presunto pago a ETA. «Se trata del caso de las hermanas Bruño, a las que el Tribunal Supremo absolvió en 2012. En la sentencia el Supremo se extrañó de que no hubiera ningún precedente jurídico de casos similares, cuando la extorsión era un fenómeno conocido por todos».Ruiz Soroa lanza algunas preguntas sobre la posición del Estado ante la extorsión: «¿Esa postura pudo favorecer la eficacia recaudatoria de ETA ¿La falta de respuesta del Estado ayudó a las víctimas o les sumió aún más en la soledad y el silencio Si el Estado no era capaz de proteger a los ciudadanos, ¿tenía derecho a exigir el cumplimiento riguroso de la ley ¿Con qué derecho puede pedir a un ciudadano que se convierta en un héroe ». En opinión del jurista, «estas preguntas hay que plantearlas aunque parezca tarde».Ruiz Soroa apunta también al papel que jugó la sociedad vasca. «Durante muchos años, sobre todo en los 70, 80 e incluso en los 90, la sociedad no quiso saber nada del problema del terrorismo, y menos aún de la extorsión. Recuerdo la frase que se decía durante el secuestro de José María Aldaya: Aldaya, paga y calla». El experto afirma que, en aquella época, la animadversión hacia la figura del empresario «era una postura generalizada en algunos sectores sociales», lo que pudo aumentar la sensación de soledad de las víctimas. «Es otra razón para recuperar su memoria».que abarca todas las perspectivas:: M. V. SAN SEBASTIÁN. El proyectode investigación La extorsión y la violencia de ETA contra empresarios, directivos y profesionales trata de aportar una visión global del fenómeno del chantaje terrorista que vivió Euskadi durante décadas. Hasta el momento se habían publicado algunos informes sobre el impacto que la extorsión había provocado en la sociedad y la economía vascas, pero es la primera vez que un equipo de investigadores trata de ofrecer una visión multidisciplinar para explicar el contexto histórico, económico, político, social, jurídico, policial y ético en el que se produjo. La idea de este estudio surgió hace tres años, tras el anuncio del final de la violencia por parte de ETA, en el grupo de reflexión Bakeaz, que impulsó el proyecto. Con la desaparición de Bakeaz, el testigo lo tomó el Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, que confía en poder presentar el estudio completo a finales de este año. Este martes, los responsables de la investigación ética y jurídica expondrán las líneas maestras de su trabajo ante el resto de los investigadores en un seminario en Deusto. Posteriormente, elaborarán unas conclusiones comunes.«ADEMÁS DE PARA .SEGUIR DINERO ETAGHÄuiDMÄösTDm
Author
Miguel Villameriel
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2015-01-03T00:00:00
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