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Científicos y Técnicos Unen Sus Fuerzas en San Sebastián - Deusto Knowledge Hub Explorer

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Científicos y Técnicos Unen Sus Fuerzas en San Sebastián - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Científicos y técnicos unen sus fuerzas en San SebastiánUna treintena de investigadores trabaja desde mayo en el Centro de Ingeniería BiomédicaLa Universidad de Navarra llevó los laboratorios al edificio de CEIT-IK4 ante la falta de consenso político en Pamplona:: JAVIER GUILLENEA SAN SEBASTIÁN. En las tres plantas subterráneas del edificio de Tecnun CEIT-IK4, en el parque tecnológico de Miramón, se despliega un largo entramado de pasillos donde trabajan decenas de personas en silencio monacal. En los laboratorios que se alternan con las salas de máquinas destinadas a mantener en funcionamiento el laberinto, investigadores de disciplinas variadas unen sus conocimientos para buscar diagnósticos, terapias y la manera de hacer más fácil la vida a las personas que sufren alguna enfermedad.Desde el pasado mes de mayo, el edificio acoge al Centro de Ingeniería Biomédica (CBIO), que recaló en San Sebastián tras una larga carrera hacia ninguna parte en la comunidad foral. El centro es el resultado final del proyecto de la Universidad de Navarra de construir tres centros de investigación en Pamplona. El plan preveía una inversión de 200/IUn grupo de investigadores trabaja en la sala limpia de microelectrónica y microingeniería. unanuemillones de euros, pero el lugar elegido para levantar los edificios, los terrenos del instituto de FP Donapea, que debería ser trasladado a un nuevo edificio, levantó una polémica que en octubre de 2013 dio al traste con el proyecto.La universidad acabó renunciando y en lugar de lo previsto inicialmente, repartió los tres centros en diferentes instalaciones ya existentes. El de Investigación en Nutrición y el Instituto de Salud Tropical se quedaron en Pamplona. CEIT-IK4 acogió en Donostia al de Ingeniería Biomédica, que cuenta con un presupuesto de 730.000 euros y en el que trabajan treinta investigadores.Uno de ellos es Ángel Rubio, coordinador científico del centro junto con Manuel Manrique. Como algunos de sus colegas en Miramón, Rubio es un ingeniero industrial que ha acabado dirigiendo sus pasos hacia un lugar que ha permitido abrir nuevos caminos en el ámbito de la salud y donde su especialidad se une con la medicina y la biología: la ingeniería biomédica.Otorrino a distanciaLa interacción entre el ámbito biomédico y el tecnológico ofrece nuevas oportunidades que el CBIO trata de aprovechar con la intención de que los resultados tengan aplicación en el mercado. Es lo que se busca con el proyecto de crear una aplicación informática y una estructura de asistencia que facilite la atención a distancia de personas con discapacidad auditiva y usuarias de audioprótesis.Los audífonos e implantes tienen que ser programados y revisados cada cierto tiempo. La obligada visita al otorrino que conlleva este trámite podría evitarse con el nuevo sistema, que permite hacer pruebas de audición desde cualquier lugar. «Esta posibilidad te da mucha libertad y, además, te permite ser atendido por médicos de otras localidades sin necesidad de desplazarte», explica Ángel Rubio. «El proyecto -señala el responsable del centroes de inmediata aplicabilidad en el mercado y ya estamos hablando con empresas interesadas».Los investigadores trabajan también en el campo del diagnóstico, donde llevan a cabo tres proyectos. Uno de ellos pretende automatizar las pruebas de alergia, que en muchas ocasiones distan mucho de ser exactas y se llevan a cabo con un parche y un rotulador para medir la!Ángel Rubio, ante el esquema de las reacciones químicas. unanueaLEl CBIO busca obtener resultados que tengan una aplicación inmediata en el mercadoSergio Arana y Maite Mujika, en el laboratorio. :: unanueEntre sus proyectos destacan la telemedicina, los diagnósticos y la búsqueda de terapiasevolución de las ronchas que nacen en las zonas de la piel sometidas a estudio. En el CBIO están desarrollando un aparato con una banda láser para calcular al milímetro el tamaño de las marcas y facilitar el diagnóstico.Todas las reaccionesOtro de los proyectos busca utilizar las técnicas de análisis de imagen para diagnosticar la esquizofrenia y la depresión. «Las resonancias magnéticas son tan precisas que se puede ver qué zonas activas hay en el cerebro», afirma Ángel Rubio, que desde hace trece años investiga el cáncer de pulmón, una enfermedad cuyo índice de supervivencia ha aumentado gracias al diagnóstico precoz.Cuando se extirpa un tumor de un pulmón existe un 30% de posibilidades de que vuelva a aparecer. En estos casos se suele utilizar quimioterapia pero se emplea de manera indiscriminada, sin distinguir los tumores malignos de los benignos, lo que no contribuye a mejorar la supervivencia del paciente. Para sortear este escollo, el equipo de Ángel Rubio ha diseñado un tipo de análisis molecular que permite diferenciar el tipo de tumor y dar a la quimio la oportunidad de destruir solo los cancerígenos.En el CBIO se llevan también a cabo proyectos de simulación y planificación de intervenciones quirúrgicas con la ayuda de robots y técnicas de realidad aumentada, así como la búsqueda a través de la Biología de Sistemas de nuevas dianas terapéuticas y nuevos biomarcadores de enfermedades.En su despacho, Ángel Rubio muestra dos paneles repletos de líneas entrecruzadas y letra pequeña. «Es un esquema simplificado de todas las reacciones químicas y es impensable tenerlo todo en la cabeza», dice. Para eso existe la Biología de Sistemas, que permite aplicar métodos de logística en las investigaciones, «como si las reacciones químicas fueran una fábrica».La combinación de las informaciones de biólogos e ingenieros hacen posible entender mejor el metabolismo de las células. «Una forma atacar a las que son cancerígenas es matarlas de hambre privándolas de los componentes que necesitan para crecer y replicarse, y eso es lo que estamos haciendo ahora con los linfomas y las leucemias», afirma Ángel Rubio.Sensores, válvulas, engranajes, y motores en un chip de silicioEl centro se financia de recursos de la Universidad de Navarra, empresas privadas y fondos competitivos:: J.G.SAN SEBASTIÁN. El 50% de losrecursos del CBIO proceden de la Universidad de Navarra, un 25% de la financiación de empresas y el resto de fondos públicos competitivos. El centro combina el conocimiento y las capacidades biomédi-cas de la Clínica Universidad de Navarra con las tecnológicas del CEIT y la Escuela de Ingenieros Tecnun. Con la fusión entre medicina e ingeniería se buscan «soluciones que mejoren la prevención, el diagnóstico, la terapia y el pronóstico de enfermedades mediante la generación de conocimiento aplicable en la ingeniería biomédica».Un ejemplo de esta combinación son los MEMS (Micro-ElectroMechanical Systems), siglas que expresan la conjunción de diferentes disciplinas en un mismo dispositivo. En un chip de silicio, por ejemplo, se puede conjugar la electrónica tradicional con sensores, válvulas, engranajes, espejos o motores y dar como resultado todo un producto de ingeniería que puede aplicarse en la detección temprana de enfermedades y en el desarrollo de tratamientos más eficaces.Productos como estos son los que diseñan Sergio Arana y Maite Mujika, que el pasado día 17 recibieron de manos de la Reina Letizia una ayuda de 150.000 euros euros concedida por la Asociación Española Contra el Cáncer. Los dos investigadores -él ingeniero electrónicoy ella ingeniera industrialparticipan en un proyecto liderado por la Universidad de Navarra para obtener nuevos nanosistemas terapéuticos que puedan ser administrados por vía oral a niños con sarcomas óseos. Su trabajo ha consistido en reproducir las condiciones del cuerpo humano en una pequeña plataforma de tres por diez centímetros que servirá para analizar en tiempo real células sometidas a terapias contra el cáncer.«Con todos los adelantos en biología, matemáticas o técnicas de análisis de imagen, para avanzar es necesario que colaboren médicos, farmacéuticos, biólogos, bioquímicos e ingenieros», afirma Ángel Rubio. «Todos juntos -añadellegamos a más porque unos conocen las necesidades de los enfermos y otros las capacidades».
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Javier Guillenea San Sebastián. en la
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2014-09-29T00:00:00
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