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«los Jóvenes Vascos Son Cada Vez Más Dependientes» - Deusto Knowledge Hub Explorer

rmEl sociólogo Diego Carbajo, autor de la tesis. :: upv/ehu«Los jóvenes vascos son cada vez más dependientes»El sociólogo de la UPV/EHU Diego Carbajo describe a una generación que regresa a la familia en busca de emanciparse:: JAVIER GUILLENEA SAN SEBASTIÁN. Ser joven significa hoy en día enfrentarse «a un escenario donde no se tienen certezas y es más probable empeorar que mejorar». Con este horizonte ante sus ojos, «mantenerse en el presente es la única opción» posible. No parece un porvenir muy halagüeño pero es el que ha encontrado el sociólogo de la UPV/EHU Diego Carbajo tras entrevistar en profundidad a 23 jóvenes vascos de entre 25 y 34 años. Sus conclusiones, plasmadas en la tesis Vivir en precariedad. Trayectorias y estrategias residenciales de la juventud en la Comunidad Autónoma Vasca, describen a una generación conservadora, que busca apoyo en la familia y, sobre todo, que es «más vulnerable y dependiente» de lo que se pensaba.Lo común y a lo que estamos acostumbrados desde hace siglos es quelos seres humanos aspiremos a abandonar nuestra juventud con un trabajo fijo, una pareja estable, un techo bajo el que dormir y, como paso consiguiente, la formación de un familia. Una vez cubiertas estas etapas debería surgir una persona «centrada, autosostenida e independiente», que son rasgos que definen a la edad adulta, y este es un calendario vital que aún hoy se mantiene aunque con otras formas. Según Diego Carbajo, la crisis económica ha hecho que «la juventud se prolongue y la precariedad se instale en la adultez».El autor del trabajo ha constatado que la juventud vasca es «conservadora en el sentido de que tiene como objetivo encontrar pareja, tener una casa en propiedad y lograr trabajo, a ser posible de funcionario». Son unas aspiraciones con las que intenta «reproducir el modelo de sus padres», aunque los nuevos tiempos les obliga a utilizar «estrategias innovadoras para buscar soluciones eventuales a sus problemas de emancipación».Los objetivos de antaño son los mismos pero los métodos diferentes. Si los padres «sabían que con tiempo y esfuerzo podían emanciparse definitivamente y progresar», los hijos «no tienen asegurada ni la estabilidad ni el progreso, pero sí su precariedad», lo que les obliga a prolongar su juventud a la espera, por ejemplo, de adquirir un piso en propiedad. Y para ello, nada mejor que «prolongar estratégicamente su estancia en el hogar familiar para ahorrar y poder endeudarse en la compra de una vivienda». Pero como quieren disfrutar de la independencia, o saborearla al menos, a la vez que viven con sus padres buscan fórmulas para sentirse emancipados. «Para obtener una cierta autonomía, la estrategia del vivir en casa se complementa con espacios propios en el domicilio familiar, el alquiler de una lonja, la furgoneta equipada o los viajes», afirma Diego Carbajo.Los jóvenes que optan por esta forma de existencia habitan en una es-«La juventud destaca por su deseo de supervivencia», sostiene el autor del estudiopecie de tercer grado carcelario que consiste en vivir fuera del domicilio paterno para regresar a dormir. «¿La persona que vive fuera y acude todos los días al hogar de origen a comer y dejar la ropa para lavar está más emancipada que quien vive en casa de los padres pero solo come y duerme en ella », se pregunta el sociólogo de la UPV La respuesta es que «cada vez somos más dependientes» aunque no nos demos cuenta. Por eso, señala Diego Carbajo, «quizá una de las soluciones sea reconocer nuestra dependencia».La prolongación de la juventud y la promesa de la precariedad lleva a muchos jóvenes a adoptar la estrategia de vivir fuera de casa. Pero esto tampoco significa independencia, por mucho que lo parezca. Para emanciparse, estas personas «aceptan la segunda residencia familiar, acceden al piso en propiedad con el aval de la familia al contraer la deuda o alquilan y comparten un piso», explica el autor del estudio. «Esta última solución, eventual en su inicio, se está convirtiendo en definitiva en personas que superan los treinta años. Así, con el paso del tiempo -añadeen una coyuntura social en precarización quien comparte piso teje relaciones cuasi-familiares más allá de la amistad, reaparecen formas de ayuda mutuas más propias de comunidades más pequeñas y rurales que de entornos urbanos».«Profesionales del ir tirando»Diego Carbajo dice que los jóvenes se contentan «con llegar al mes siguiente» y los califica como «profesionales del ir tirando». Es una definición que parece pesimista pero no lo es porque este ir tirando les ha obligado a «desarrollar su capacidad de gestionar sus propios recursos». «Lo positivo es que se ve que los individuos tienen margen de acción, de hacer algo y resolver sus problemas aunque sea en términos clásicos».Lejos de hallar resignación, el investigador de la UPV se ha topado con una juventud en la que destaca «el deseo de supervivencia». «En su tiempo libre trabaja ampliando indefinidamente su formación y sus redes de apoyo y, cuando se encuentra en paro, moviliza sus recursos intelectuales y formativos para convertirse en una persona emprendedora». La tesis, que próximamente podrá ser consultada en el portal de internet Teseo, llega a la conclusión de que los jóvenes vascos «están llamados a ser los empresarios de sí mismos y autoexplotarse en la búsqueda de la estabilidad o la realización personal». Y todo ello para vivir como sus padres.

Javier Guillenea San Sebastián. Ser J

2014-04-11T00:00:00

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