Habrá Paz para los Malvados - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Odm ID | 0ba08dda-3973-3d87-a949-4d362a6b758c
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Title | Habrá Paz para los Malvados - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Notes | Habrá paz para los malvadosLa falta de colaboración y las presiones polÃticas lastran a la Corte Penal InternacionalLa imposibilidad para continuar los procesos contra Uhuru Kenyatta y Omar al-Bashir proyecta dudas sobre la viabilidad del tribunal de La Haya:: GERARDO ELORRIAGACharles Taylor no tiene quien lo comprenda más allá de su esposa, quince hijos y el bufete que lo defendió ante los jueces de La Haya. El exdictador liberiano no se halla a gusto en la prisión británica de Frankland, donde comparte su rutina penitenciaria con asesinos de adolescentes, enfermeros homicidas y conspiradores yihadistas, entre otros peculiares reos. La falta de sintonÃa carcelaria le ha animado a emprender acciones legales para cambiar, literalmente, de paisaje. El convicto aspira a contemplar la sabana africana en vez de la campiña inglesa allá al fondo, entre las torres de control y las vallas electrificadas.Su lamentable situación nada tiene que ver con la de otros dirigentes que, como él, cayeron en la órbita de la Corte Penal Internacional de La Haya. Mientras él pena crÃmenes de guerra y contra la humanidad, susEl dirigente de Sudán, Omar al Bashir.El exdictador liberiano Charles Taylor.Uhuru Kenyatta, presidente de Kenia.colegas de Kenia y Sudán, también encausados por graves sucesos en sus respectivos paÃses, gozan del fin de las investigaciones del tribunal holandés, procedimientos que podrÃan haberlos conducido, hipotéticamente, a habitaciones con similares vistas.Taylor habÃa sido vencido, se refugiaba en Nigeria cuando fue apresado y no contaba con los recursos que han precipitado el fin de las pesquisas necesarias en los otros dos procesos. La FiscalÃa ha tirado la toalla en los casos contra los presidentes Uhuru Kenyatta y Omar alBashir, ante la falta de colaboración de las respectivas administraciones y de otras instituciones internacionales. En el caso del keniano, la imposibilidad de acceder a sus cuentas ha impedido probar el rol como instigador de los violentos disturbios que siguieron a los comicios de 2007 en el paÃs africano. El dirigente estaba acusado de financiar a las bandas paramilitares que impulsaron las masacres y desplazamientos masivos en un intento de rentabilizar viejas rencillas interétnicas. La carencia de apoyos también ha provocado la interrupción de las investigaciones de la Corte Penal en torno a los crÃmenes de guerra cometidos en Darfur. Cinco años después, la orden de arresto emitida contra AlBashir, dos ministros y un lÃder miliciano no se han ejecutado e incluso el jefe de Estado sudanés ha viajado por el mundo durante este periodo sin ser siquiera molestado. El hombre fuerte de Jartum también ha convertido su persecución en una afrenta nacional muy rentable. Su victimismo le ha granjeado ciertofavor popular cuando, curiosamente, el clima social interno es explosivo.El Consejo de Seguridad no ha alentado su persecución, al parecer por la presión de China, aliado de Sudán y cliente de su petróleo. «Se trata de una contradicción», asegura el doctor Felipe Gómez Isa, profesor de Derecho Internacional Público en la Universidad de Deusto. Según explica, el paÃs no ha ratificado el Estatuto de Roma, instrumento legal constitutivo de la Corte Penal Internacional, y el caso fue remitido por aquel órgano de Naciones Unidas, a pesar de que los gobiernos de PekÃn, Washington y Moscú, miembros permanentes, tampoco lo han aprobado.El andamiaje del derecho internacional es débil, en su opinión, y se fundamenta en la participación voluntaria de los paÃses, lo que dificulta los compromisos. «Algunas sentencias dictadas en los años ochenta no se han cumplido», recuerda y menciona el caso de Estados Unidos, condenado por su respaldo a los contras nicaragüenses y que no ha acatado la sentencia.El nacionalismo, el respeto a los pueblos afectados, resabios poscoloniales e incluso la raza de los implicados han sido esgrimidos para explicar la atención preferente del Tribunal sobre Ãfrica. Además de Taylor, por el banquillo de La Haya han pasado el ex vicepresidente congoleño Jean Pierre Bemba, varios caudillos militares de aquel paÃs y el expresidente marfileño Laurent Gbagbo.
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Author | Gerardo Elorriaga
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Metadata Updated | (not set)
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Date Released | 2014-12-29T00:00:00
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Platform | html
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Language | es
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Version | (not set)
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