L Memoaria, o Conflicto - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Title | L Memoaria, o Conflicto - Deusto Knowledge Hub Explorer
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Notes | Tras el cese de la violencia de ETA, Euskadi busca conocer su pasado. Losdistintos puntos de vista y algunosintereses polÃticos colocan a la sociedadvasca ante lo que ya se llama la batallade la memoria o batalla del relato.* Un reportaje de Enrique SantarénLmemoaria, oconflictoLas imágenes de múltiples actos de violencia y violación de derechos humanos componen un puzle aún incompleto en Euskadi.C absolverá. La célebre frase que cerraba el alegato de Fidel Castro en 1953 es el anhelo de cualquier victimario o responsable de algún crimen de intencionalidad polÃtica y de quienes, por acción u omisión, lo apoyaron. De forma mucho más descarnada, Josu Zabarte, miembro de ETA que ha pasado 30 años en prisión por 17 asesinatos, afirmaba en una reciente entrevista: ¿Yo no he asesinado a nadie, yo he ejecutado. ¿El Estado me ha empujado. Para mà es el Estado el terrorista, el que obligó a ETA a tomar una serie de decisiones.La ¿historia, que cuenta e interpreta los hechos que han sucedido en un periodo de tiempo en un lugar determinado, cobra, asÃ, una importancia capital. En Euskadi, tres años después del fin de la violencia por parte de ETA, nos encontramos en un momento clave, el de responder a la irónica pregunta que plantea el profesor de Historia y experto en polÃticas de memoria Ricard Vinyes: ¿Cómo va a ser nuestro pasado Es decir, ¿cómo nos vamos a contar lo que ha ocurrido en este paÃs en los últimos cincuenta años ¿Quién y cómo hará ese relato Según un consenso generalizado, y que parece asumido por la sociedad vasca, nos hallamos en medio de la ¿batalla de la memoria o de la ¿batalla del relato. Es decir, en un nuevo conflicto, en una lucha -no exenta de intereses polÃticospor definir, concretar y escribir nuestro pasado más reciente. Lo recuerda cada vez que se le presenta la ocasión el ministro del Interior, Jorge Fernández DÃez: ¿ETA está policialmente derrotada, pero no cejaremos hasta que se disuelva. Y ahora es el momento de poner acento en el Relato de la Historia, afirmaba hace unos dÃas en una entrevista.Básicamente, y con matices, existirÃan tres frentes, valga el término militar, aunque no son monolÃticos. Por una parte, quienes defienden la denominada por sus detractores teorÃa del conflicto, fundamentalmente la izquierda abertzale: desde la guerra del 36 y durante el franquismo el pueblo vasco ha vivido bajo una opresión que anulaba su identidad y su libertad y una organización (ETA) se vio obligada a tomar las armas en su lucha de liberación, respondida con una brutal represión y produciéndose un conflicto que ha generado vÃctimas en ambos bandos.En el lado contrario, están quienes consideran que ETA no es la consecuencia de conflicto alguno, sino que surge de la mera voluntad de sus integrantes, que decidieron usar el terrorismo y la eliminación del adversario para destruir el sistema democrático e imponer un proyecto polÃtico totalitario y que contó con el apoyo y/o el silencio de parte de la sociedad vasca.Existe, además, una tercera vÃa que constata múltiples vulneraciones de derechos humanos y, en consecuencia, de vÃctimas de una violencia injusta de distinta procedencia que deben ser reconocidas sin exclusiones, aunque distinguiéndolas, dentro de una memoria necesariamente inclusiva.De la teorÃa del conflicto existen múltiples ejemplos. Valga recordar la conocida intervención del presidente de Sortu, Hasier Arraiz -que le valió una querella, luego archivada-, en la que justificaba y reivindicaba la trayectoria de la izquierda abertzale y en la que también afirmaba: ¿En este conflicto nadie ha estado de espectador. Todo el mundo ha toma-SIGUE EN PÃGINA 30 >I¿25f %IlLOS EXPERTOSIÑAKI EGAÑAHistoriador y escritor. Euskal Memoria8»:DhubieseVarios relatos;uno único esun gran errore hecho, ya hay una historia oficial. Si no, Iñaki Oyarzábal no hubiese dicho lo que dijo sobre el 3 de marzo. Hay tics que aún se mantienen, opina el historiador Iñaki Egaña, que quiere huir de los relatos únicos, porque son un ¿error. ¿La memoria es lo que rescatamos de la historia y debemos intentar que todo ello sea lo más objetivo posible y para que haya objetividad tiene que haber acceso a archivos, sin manipulaciones, afirma. Considera, además, que siempre habrá subjetividad, pero lo básico es ¿conocer la verdad. ¿Hay una máxima internacional: verdad, justicia y reparación; hay un sector muy importante que todavÃa está en el primer apartado, conocer la verdad, dice.ANDRÉS KRAKENBERGERActivista de Derechos Humanos. ArgituzMemoriainclusiva, sinexcepcionesCree que hay que distinguir bien lo que es memoria -un proceso individualy lo que es historia -un proceso más cientÃfico, que implica objetividad-. Partidario de una memoria inclusiva que no debe excluir absolutamente nada, Krakenberger cree que la labor del historiador tiene que ser ¿frÃa, de recogida de datos y dar oportunidad al receptor del relato quien determine el veredicto ético de los hechos. Además, considera importante que quienes favorecen una memoria no inclusiva ¿se acuerden de que después viene la historia y la hisotria puede incluir también que esos ejercicios de memoria no inclusiva no contribuyeron a una verdadera solución del problema.JONAN FERNÃNDEZSecretario Paz y Convivencia. Gobierno VascoCompartiruna valoraciónética mÃnima¿1[> VIENE DE PÃGINA 29do parte, todos hemos hecho sufrir y todos hemos sufrido. El también dirigente de Sortu Joxean Agirre afirmó en 2013: ¿En el pasado podemos encontrar las razones de la lucha, las pinceladas del tiempo que llamamos conflicto y los primeros sonidos de disparos de una guerra que nosotros no empezamos. Agirre exigÃa el ¿derecho de la izquierda abertzale ¿a hacer su relato, sin ¿admitir atÃpicas tutelas de tipo ético.¿Cómo se articula este discurso del conflicto en forma de relato ¿Euskal Herria, pueblo negado y oprimido, sufre la falsificación constante de su historia. DÃa tras dÃa, la ofensiva ideológica de los estados español y francés hace mella en nuestra perspectiva. Los medios de comunicación, el curriculum educativo, el discurso institucional y la doctrina antiterrorista llevan décadas imponiendo una versión adulterada de lo que somos y hacemos. Asà define su labor Euskal Memoria, una fundación dedicada a ¿recuperar la historia de Euskadi desde una perspectiva que coincide plenamente con las tesis de la izquierdaabertzale. Su objetivo divulgador en cuanto al relato de la teorÃa del conflicto es también claro: ¿En cuanto entendamos la evidencia de que la Guerra de 1936, el franquismo, la Reforma, el centralismo francés y el constitucionalismo español son eslabones de la misma cadena, la perspectiva global sobre el conflicto, su origen, efectos y resolución se alterará. Solo entonces empezaremos a vencer también en la redacción de nuestra propia percepción de la verdad.Iñaki Egaña es historiador y escritor y uno de los fundadores y cabeza visible de Euskal Memoria Considera que la Fundación ¿no es un agente polÃtico y ¿surge porque hay un desequilibrio evidente en el tema de las vÃctimas y para intentar equilibrar un poco. El objetivo es ¿hacer un relato humano y fÃsico de lo que han sido violaciones de los derechos humanos en los últimos 80-90 años.Egaña percibe que ¿algún sector quiere hacer del relato una batalla, pero cree que no deberÃa ser asÃ. ¿Nunca ha habido ni puede haber un relato único, debe haber varios relatos. ¿Hay vÃctimas de distinta categorÃa y hay una lÃnea que viene desde Areil-za, desde el 37, en su famoso discurso de que hay vencedores y vencidos y parece que el relato se debe escribir en esa lÃnea y yo creo que eso es un error y un fracaso a la hora de abordar polÃticas públicas de memoria, de abordar con la mayor objetividad los relatos. Probablemente el no aceptar una lÃnea democrática de memoria es lo que lleva a algún sector a pensar que el relato es un campo de batalla.Con todo, el responsable de Euskal Memoria rechaza las acusaciones de manipulación que se le hacen. ¿Yo no me siento aludido, afirma, y argumenta que ¿para superar todas esas supuestas dudas, lo primero serÃa abrir archivos, desclasificar documentos. Si estuviésemos en paridad para investigar se podrÃa ver quién manipula y quién no.¿Memoria o historia Primo Levi, superviviente del holocausto nazi y pionero en dar testimonio de las vÃctimas, escribió que ¿la memoria es un instrumento maravilloso, pero falaz. En este sentido, el doctor en Historia Contemporánea y profesor de la UPV/EHU José Antonio Pérez alerta contra la falta de rigor que puede existir a la hora de hacer el diagnósticoveraz sobre nuestro pasado y del riesgo de que se cruce la ¿lÃnea roja al plasmarlo: la justificación y legitimación del terrorismo de ETA Miembro activo del Instituto ValentÃn de Foronda de la UPV/EHU y especialista en la investigación de temas relacionados con la represión y la violencia polÃtica durante el franquiso y la transición, Pérez ha participado en la comisión de expertos para la elaboración del proyecto sobre el Instituto de la Memoria en Euskadi y participa también en la comisión creada para la revisión y reconocimiento de las vÃctimas producidas por los abusos policiales. Es, por tanto, una de las voces más autorizadas sobre la reciente historia del PaÃs Vasco.Consciente de que ¿estamos en la batalla del relato, este prestigioso experto opina que en este campo ¿están tomando ventaja los publicistas de la izquierda abertzale. Esto ocurre en parte, dice, porque los historiadores no están preparados y en parte porque ¿las instituticones públicas no han apostado por apoyar el relato de la historia académica, porque siguen pensando que tan veraz es el relato de los historiadores como el de los publicistas o apologetas, y eso es un profundo error y una torpeza de miras.Sin medias tintas, José Antonio Pérez arremete contra la teorÃa de un conflicto en el que ¿todos hemos sufrido y hecho sufrir. ¿Esa teorÃa es bien clara: al final, todos somos inocentes. Extender la responsabilidad de todos diluye las resposabilidades. Lo que se pretende decir es que todo esto fue un tremendo drama donde todos fuimos responsables, pero en realidad ninguno lo somos. Pérez también es muy crÃtico con lo que denomina ¿tercer espacio en esta batalla de la memoria y que, sin justificar a ETA, a su juicio yerra en el diagnóstico y ¿no entra al meollo. ¿ETA contó con un sector social importante, de entre 150.000 y 200.00 personas, que defendió esas cosas y lo hizo posible con toda una red de delatores, y otro sector importante dejó hacer o miró para otro lado. La versión de lo que estamos viendo hoy nos pone también ante el espejo como sociedad: qué hicimos y qué no hicimos en aquellos momentos. Eso resulta incómodo, es muy duro para una sociedad democrática admitir que esto ha sido asÃ, pero hay que hacerlo o no serÃamos rigurosos, concluye.El responsable de la polÃtica de memoria y convivencia del Gobierno Vasco cree que siempre va a haber diferentes interpretaciones sobre lo que ha sucedido, lo cual no es obstáculo para compartir ¿una vloración ética y democrática mÃnima. Además de esta especie de microacuerdo, Fernández afirma que la polÃtica pública tiene que tener un criterio añadido al respecto: ¿hacer todo lo posible por aclarar lo que ha ocurrido, los hechos objetivos. Esta verdad ¿tiene que ver con visibilizar todos los hechos objetivos que han ocurrido, siempre bajo el criterio básico de no excluir ninguna violación de derechos humanos ni diluir responsabilidades o contrapesar las violencias.XABIER ETXEBERRIACatedrático de Ética. Universidad DeustoPluralidad, con un nivel ético básicoSolo llegaremos a un primer nivel básico compartido si estamos de acuerdo en lo que es violentar los derechos humanos y en el concepto de vÃctima. Hay que distinguir entre vÃctima en sentido genérico como el que sufre, y vÃctima en sentido moral como el que sufre injustamente. Es una distinción clave, y si no la hacemos, la verdad fÃsica, la verdad empÃrica, podrá hacerse, pero no la verdad moral, las responsabilidades por las injusticias en los sufrimientos, asegura. ¿HabrÃa que plantearse la aceptación de una pluralidad de interpretaciones, pero la idea es que nunca pasara un nivel ético básico, y es que nunca hubiera una interpretación que fuera objetivamente revictimar a las vÃctimas.JOSÉ ANTONIO PÉREZDoctor en Historia. UPV/EHURigor y deslegitimar el terrorismo ás allá de relatos ofi ciales, este historia-M dor opta por un ¿relato veraz. Esto significa que debe explicarse con rigor ¿todo lo que ocurrió: la dictadura que acabó con todas las libertades individuales, los estados de excepción, la violencia terrorista de ETA que decidió libremente coger las armas y tuvo un importante apoyo social que defendió el asesinato, las violaciones de los derechos humanos... ¿Todo eso debe ser explicado, pero debe ser bien contextualizado. No debe implicar justificación alguna, asegura, porque es importante deslegitimar el terrorismo porque la violencia ¿tiende a igualar a las vÃctimas, todo el dolor es igual, pero la diferencia está en el origen.IPor su parte, Xabier Etxeberria, catedrático de Ética de la Universidad de Deusto y uno de los mayores expertos en temas de vÃctimas y memoria, propone desterrar la lucha por el relato. ¿A mà me gustarÃa que no fuera una batalla, sino un debate. La batalla plantea ganadores y perdedores y yo quisiera que fuera un debate en el que hubiera en cierto sentido acuerdo y en cierto sentido pluralidad y, combinando ambos, podrÃamos llegar a un acuerdo gobal, resume. Para alcanzar ese acuerdo, Etxeberria cree que deberÃan existir dos niveles. Primero, un nivel básico, en el que hiciéramos una deliberación entre todos para contar de alguna manera todos lo mismo. Ese nivel básico tendrÃa que tener una referencia a la verdad, una referencia, para empezar, objetiva de los hechos materiales: muertos, vÃctimas. Después, deberÃa haber otro acuerdo básico, aunque más delicado: hacer la verdad empÃrica sobre los responsables de los hechos violentos injustos. SerÃa complicado si se plantean hechos violetos que estaban justificados, por lo que tendremos que tener un acuerdo sobre qué es quebrantar los derechos humanos, aclara. Tras este primernivel básico, que Etxeberria llama ¿el corazón de lo que serÃa una dimensión compartida de la verdad del pasado, habrÃa un segundo nivel ¿de interpretación de las dinámicas de los hechos, donde, reconoce, ¿es más difÃcil ponerse de acuerdo. ¿Si tuviéramos el mÃnimo compartido de hacer la verdad sobre los hechos y sobre los responsables según los parámetros de los derechos humanos, aclarando lo que significa esto, no deberÃa ser tan difÃcil, matiza.Andrés Krakenberger es un conocido activista por los derechos humanos. Exportavoz de AmnistÃa Internacional en Euskadi, es una de las cabezas visibles de la asociación Argituz, que recopila todas las violaciones de derechos humanos en Euskadi y recientemente ha elaborado un amplio informe sobre la tortura. ¿Siempre se habla de la santa trinidad, que es verdad, justicia y reparación, pero Naciones Unidas habla de cuatro principios. Falta el cuarto, la no discriminación. Aún tenemos graves deficiencias, afirma. Según Krakenberger, los reconocimientos a las vÃctimas contenidos en los tres carriles de la legislación vigente -terrorismo con-El ministro del Interior recuerda cada vez que tiene ocasión que ETA está derrotada y ahora hay que ¿ganar el relatoCon matices, existen tres frentes de memoria: la teorÃa del conflicto, la de ETA como terrorista y totalitaria y la tercera vÃaEn general, se rechaza el relato oficial o la historia oficial, pero hay memorias que buscan legitimar y justificar el uso de la violenciaSe está aún lejos de un mÃnimo acuerdo sobre el pasado, lo que algunos tratan de aprovechar para hacer visible ¿su relatotra el Estado, otros terrorismos y abusos policialesson ¿muy asimétricos, lo que lleva a que ¿toda la polÃtica que se quiere seguir en materia de memoria ha seguido la misma asimetrÃa. ¿Es lógico: si haces un reconocimiento de primera, de segunda y de tercera, vas a tener memorias de primera, segunda y tercera, zanja.Este activista aboga sin dudas por una tercera vÃa: ¿mirarlo con el prisma de los derechos humanos. Lo que pasó no es ni un conflicto ni solamente un problema de criminalidad común, sino una serie de violaciones de derechos humanos, afirma. Pese al riesgo de ¿legitimación de algunos hechos, Krakenberger cree que una cosa es recordar todo lo ocurrido y otra, reivindicarlo. La labor del historiador, dice, debe ser ¿frÃa, de recogida de datos y de ofrecerlos para que el dector determine las consecuencias éticas.En este contexto de batalla, cobra especial importancia la labor institucional. El secretario de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, Jonan Fernández, como es santo y seña de su actividad, aboga por buscar un ¿mÃnimo compartido. ¿Pensar que haceruna polÃtica pública de memoria equivale a que todos compartamos un mismo relato o interpretación de lo que ha ocurrido es erróneo. La memoria es poliédrica y va a haber diferentes interpretaciones, pero no es objstáculo para que intentemos compartir una valoración ética y democrática mÃnima sobre lo que ha ocurrido, argumenta.Ese mÃnimo ético deberÃa basarse, a su juicio, en que la utilización de la violencia, la vulneración de derechos humanos como arma polÃtica no puede justificarse. ¿Considerar que ninguna causa polÃtica ni de Estado está por encima de la dignidad humana, el derecho a la vida y los derechos humanos. Eso implica reconocer la injusticia de la violencia, concluye.La batalla de la memoria y del relato no ha hecho sino comenzar y queda aún lo más difÃcil. Como también escribió el superviviente Primo Levi, ¿esta escasa fiabilidad de nuestros recuerdos se explicará de modo satisfactorio solo cuando sepamos en qué lenguaje, con qué alfabeto están escritos, sobre qué materia, con qué pluma: hoy por hoy es una meta de la que estamos lejos. ¿
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Author | * Un Reportaje de Enrique Santarén
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Date Released | 2015-11-01T00:00:00
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