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El Lado Oscuro de Nuestras Ilusiones Cognitivas - Deusto Knowledge Hub Explorer

El lado oscuro de nuestras ilusiones cognitivasAntoni HernándezProfesor de la UPC i de la Escola dArt iDisseny de TerrassaUn reciente estudio parece indicar que los pacientes que creen en terapias pseudocientífi cas, sin validez contrastada empíricamente, son reacios a aceptar el funcionamiento de fármacos que sí curan. ¿Tanto afectan las creencias e ilusiones mentales a nuestra capacidad de curación Sin considerar posicionamientos de partida, este estudio merece que vayamos un poco más allá. Los medios se han hecho eco del artículo, publicado en el British Journal of Psychology y realizado por tres investigadores españoles, de las universidades de Deusto y Málaga y de la universidad australiana de Nueva Gales del Sur (Sidney), en el que parece deducirse que las personas que confían en tratamientos pseudocientífi cos, como es el caso de la homeopatía, tienden a no reconocer que otros con efi caciademostrada sí curan.Todos conocemos a personas, con más o menos formación académica, que ¿creen en la homeopatía, la acupuntura, el reiki, la terapia con piedras o cristales, y otras denominadas ¿medicinas alternativas o ¿complementarias, sin base científi ca alguna más allá del efecto placebo, un efecto, por cierto, muy interesante y todavía por investigar, cuyos mecanismos están por dilucidar. Está claro que cada uno con su cuerpo puede hacer lo que quiera (libertad individual), mientras no afecte a los demás (responsabilidad social), aunque hay situaciones en las que se toman decisiones por otras personas (niños, discapacitados,...) generalmente con un consentimiento legal y aplicando lo que creemos mejor para ellos. La población en general quiere lo mejor para sus seres queridos pero, entonces, ¿se actúa siguiendo las propias creencias más que las evidencias científi cas En su artículo, de título contundente ¿The dark side of cognitive illusions: When an illusory belief interferes with the acquisition of evidence-based knowledge, Yarritu, Matute y Luque se plantearon si el hecho de creer en una inefi caz terapia pseudocientífi ca causa que disminuya nuestra aceptación de un tratamiento probado científi camente. En nuestra vida diaria, nuestro cerebro genera ilusiones causales en las que fundamentamos buena parte de nuestras decisiones. Esas ilusiones generan desde explicaciones acientífi cas de causalidad, como por ejemplo que nos sentimos mejor tras la ingesta de un remedio homeopático que no es más que agua con azúcar, hasta ilusiones de control sobre las situaciones de nuestro entorno, lo que diferencia a personas con alta y baja autoestima, o ilusiones en las que pensamos que podemos mentalmente controlar las patologías que hostigan nuestro cuerpo, lo que es una afi rmación habitual en la pseudomedicina new age. Por tanto, nuestra creencia en la pseudociencia médica puede ser capaz de frenar nuestra capacidad de reconocer tratamientos cuya efectividad sí se ha comprobado en ensayos clínicos. Esto explicaría la cerrazón en el debate y las difi cultades para aceptar evidencias o puntos de encuentro entre las personas con unas creencias u otras, en lo referente a la ciencia médica, y añade un elemento más a considerar a la hora de distinguir la ciencia de la pseudociencia y de la no-ciencia.La falta de ética de los que se aprovechan de la gente enferma para lucrarse es indiscutible. Pero ahora, no obstante, parece que en realidad el enemigo podemos tenerlo en casa: nuestro cerebro es el que crea ilusiones cognitivas que, paradójicamente, pueden perjudicarnos si dejamos tratamientos contrastados experimentalmente. Las ilusiones cognitivas se habían asociado a menudo con efectos positivos sobre la salud, en especial cuando nos autoengañamos para ser más felices. Ahora debemos plantearnos si nuestro cerebro, con su tozudez ilusoria, puede estar alejándonos de la curación de una patología que padecemos.

Antoni Hernández Profesor de la Upc I de

2015-09-02T00:00:00

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