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La Rebelión de las Máquinas - Deusto Knowledge Hub Explorer

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f2d9df8c-b4fc-3645-b6b4-c4fdcd16925b
Title
La Rebelión de las Máquinas - Deusto Knowledge Hub Explorer
Notes
La rebelión de las máquinasMADE IN EUSKADINEXMACHINADesde Deustokabi, el vivero de empresas de la Universidad de Deusto, Nexmachina trabaja para implantar el llamado internet de las cosas en las pequeñas y medianas industrias vascas. Serán las que ya se conocen como fábricas inteligentes, donde las máquinas estén interconectadas entre ellas para agilizar y abaratar procesos.BilbaoEN CIFRASAño de Fundación2012Plantilla: 6, todos ingenieros o técnicos de grado superiorFacturación prevista en 2015:500.000 eurosPresencia comercial: Delegaciones en Madrid y BarcelonaPrincipales mercados:Europa y América, especialmente MéxicoLa empresa vizcaína Nexmachina está especializada en el desarrollo del llamado internet de las cosas:: IRATXE BERNALCualquiera de nosotros lleva en el móvil más tecnología que la que permitió la llegada del hombre a la luna. Y aún llevaremos más, porque la conexión de los teléfonos a internet aún tiene muchos desarrollos por delante. Sin embargo, no son ellos los que darán el siguiente salto tecnológico. Pasado mañana, nuestro frigorífico podrá él solito avisarnos de que un producto ha caducado o incluso podrá hacer el pedido al súper cuando se acabe la leche. No es la rebelión de las máquinas, pero casi. Es el llamado internet de las cosas, que permite la automatización del hogar, un coche, una fábrica o distintos elementos de una la ciudad. Y prácticamente lo único que necesitará cualquier máquina para espabilarse tanto será un sensor que la conecte a una red. Igual que un móvil. «Los chips son ahora diminutos y más baratos y ese abaratamiento de la electrónica y las comunicaciones ha permitido que empresas pequeñas también puedan participar en este nuevo mundo», ex-NEXMAC NA¿BmFernando Presa, con el ordenador en la mano, junto a sus compañeros de Nexmachina. :: b. agudoplica Fernando Presa, fundador de la pyme vizcaína Nexmachina, dedicada desde hace dos años a buscar nuevas conectividades. Tras estudiar en Deusto, trabajó como especialista en nuevas tecnologías y redes inalámbricas durante más de diez años, en los que incluso formó parte del equipo que hizo de Bilbao una ciudad conectada cuando, allá por 2009, el Ayuntamiento encargó a Wifinova la instalación de zonas wifi en los barrios de la ciudad. Pero siempre quiso dar un paso más. «Había sido socio de alguna de las empresas en las que trabajé, pero nunca propietario, y esta vez quería serlo; quería desarrollar un proyecto que fuera propio y que además ofrecieraun producto propio», explica.La oportunidad de crear el proyecto surgió en 2012, con una primera «ronda de financiación» que corrió por cuenta de familiares y amigos: 50.000 euros logrados derrochando ilusión. Después, ya en 2013, llegó el apoyo del Gobierno vasco y la Diputación vizcaína a través de la Spri y Beaz. Pero ese era el primer paso; aún faltaba desarrollar el producto. «Sólo éramos tres trabajadores y para empezar a facturar desde el primer momento tiramos de nuestras respectivas experiencias profesionales. Decidimos que debíamos subcontratar a Tecnalia para el desarrollo nuestro software mientrasnosotros desarrollábamos esos otros trabajos que nos permitirían las primeras ventas y, en definitiva, mantenernos para poder hacer después lo que realmente queríamos hacer», reconoce Presa.Con ser alimenticios, aquellos «otros trabajos» no dejan de resultar significativos; además de lograr contratos con el Ayuntamiento de Vitoria, la clínica Quirón o el Athletic -para el mantenimiento de la red wifi de Lezama, Ibaigane y San Mamés-, realizaron la instalación de las conexiones inalámbricas del campeonato mundial de vela olímpica celebrado en Santander en septiembre.Por fin, en 2014, Nexmachina pudo empezar a vender iQmenic, su propio software para la gestión de esos sensores que poco menos que implantan inteligencia a los simples objetos. Las aplicaciones son casi infinitas. Y algunas, como apagar y encender cualquier máquina o dispositivo desde el móvil, son tan elementales que las hacen vendibles en cualquier oficina o empresa. «Las pymes industriales pueden sacarle mucho partido en función de sus necesidades personales y personalizarlo lleva muy poco tiempo. Además, el software está en la nube con lo que no hay gastos de alojamiento», insiste el fundador de Nexmachina.Fuera de los hogares o las pymes, el internet de las cosas está también detrás del desarrollo de las ciudades inteligentes. «Todo, desde el tráfico al alumbrado público, puede proporcionar información, y la información es vital para mejorar algo. No sólo podemos desarrollar sensores que midan la calidad del agua o el aire o que controlen el cumplimiento de los niveles de ruido de los bares, también los hay capaces de alertar del más leve agrietamiento o aumento de la inclinación de un edificio antiguo para poder evitar un derrumbe», explica Presa.El siguiente paso, ya inminente, de Nexmachina será la fabricación dentro de la propia compañía de los sensores. De hecho, ya tienen los prototipos, que desarrollan en su recién estrenada sede del vivero de la Universidad de Deusto.
Author
Iratxe Bernal
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Date Released
2015-01-03T00:00:00
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es
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